¿Quién le pone "rating" al BCE de Trichet?

El presidente, ya casi saliente, del BCE, Jean-Claude Trichet, ha hecho buenos los pronósticos de los analistas y ha subido los tipos de interés en la medida prevista por el consenso del mercado. ¿Había motivos para no hacerlo? Según el consenso, sí.

El propio BCE ha reconocido que a final de año se producirá una ralentización de la economía europea (justo en el plazo en que tardan en surtir efecto en la economía real las decisiones monetarias). La inflación, aunque por encima del 2%, se había mantenido estable. La previsible depreciación del dólar, hará que suba el petróleo.

Además, a nadie se le escapa, que la medida tendrá efectos perversos en los países periféricos. En concreto, para los hipotecados y para las empresas que necesitan refinanciación los efectos serán inmediatos. ¿Entonces, para qué dar una vuelta de tuerca más a los tipos? La respuesta es sencilla: para contrarrestar los efectos que están generando las agencias de "rating". El BCE ha anunciado que aceptará como garantías los bonos de Portugal, aunque degraden su calificación crediticia. La noticia ha servido de apoyo para que las bolsas europeas despeguen tras dos jornadas de fuerte pesimismo.

Visto así, incluso esos 0,25 puntos me parecen poco para lo que se va a "tragar" el BCE cuando los bancos, tras los estrés test, acudan las subastas de liquidez. Las grandes cabezas pensantes (el group thinking) del FMI y del BM están convencidos que para evitar una nueva crisis financiera, hay que impedir que los bancos tengan que provisionar los títulos de deuda soberana que compraron con una "alegre calificación AAA". Dentro de poco, la deuda pública problemática en manos de entidades financieras terminará en las arcas de los Estados. Esto a éste y el otro lado del Atlántico. No será así, para los fondos de inversión y los planes de pensiones. Sin duda, en la UE habrá queponer en marcha un eurobono. Pero, mientras, a Trichet, nadie le puede poner "rating".

En portada

Noticias de