Descolocados

Conforme avanza la crisis, uno tiene la sensación de que nuestros dirigentes, lejos de empezar a tomar el pulso a[…]

Conforme avanza la crisis, uno tiene la sensación de que nuestros dirigentes, lejos de empezar a tomar el pulso a la situación, se sienten cada vez más perdidos, más descolocados. Ha quedado claro que ellos fueron los primeros incautos, los que creían que esta época de crecimiento (artificial, por supuesto) no se iba a acabar nunca. Porque han demostrado que en ningún momento vieron venir la crisis y, lo que es peor, no tenían nada preparado para cuando todo saltara por los aires.

Sólo hay que ver las declaraciones de la patronal, de los sindicatos, del Banco de España, del Gobierno o de la oposición, sobre el tema que quieran, para comprobar que cada semana improvisan sus discursos, que no tienen claro cómo hay que actuar ante esta situación que, claramente, les desborda. Tiempo han tenido de sobra para prepararse ante la crisis, pero durante estos años han preferido mirarse al ombligo y disfrutar de un éxito efímero antes de hacer los deberes y estar ahora a la altura de este gran desafío.

Pero no se preocupen. El problema no es sólo nuestro. Miren al resto de Europa, a la reunión preparatoria del G-20, y busquen consuelo. Ya hicieron el ridículo en la primera cumbre. Todo lo acordado no ha servido para nada. Es papel mojado. Y ahora están dispuestos a repetir el bochorno. Está muy bien lo de erradicar los paraísos fiscales o querer controlar los "hedge funds". ¿Pero será suficiente con incrementar los recursos del FMI para hacer frente al huracán que amenaza con arrasar Europa del Este?

Hace un mes, el Banco de Pagos Internacionales ya avisaba en un informe de las evidentes semejanzas entre la situación actual de Europa del Este y la que reinaba en Asia antes de desencadenarse la crisis de 1997-98. Y hace tan sólo una semana llegó el informe de Moody's alertando de la grave situación económica de los países del Este y el impacto que tendrá en la banca occidental expuesta a la región, como es el caso de los grupos bancarios austriacos, italianos, suecos o franceses. Se estima que los países de la zona necesitan más de 400.000 millones de euros sólo para pagar su deuda a corto plazo. ¿Creen que nuestros dirigentes están preparados para buscar una solución a la que se presenta como la "madre de todas las crisis"?

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