La sequía desvela los problemas estructurales de la economía marroquí
La sequía que sufrió Marruecos todo el invierno ha afectado de forma considerable las previsiones de crecimiento hasta situarlas en[…]
La sequía que sufrió Marruecos todo el invierno ha afectado de forma considerable las previsiones de crecimiento hasta situarlas en un 1 % para este año, una de las más bajas de los últimos veinte años.
Esta previsión ha vuelto a sacar a la luz uno de los problemas estructurales de la economía marroquí, aún muy dependiente del sector agrícola.
Después de un crecimiento del PIB del 4,5 % en 2015, este año la economía sufrirá un tajo por el déficit pluvial, un factor determinante que va a hundir la producción de cereal estimada en solo 19 millones de toneladas, muy inferiores a las primeras previsiones oficiales.
Varios organismos estadísticos y oficiales coinciden en sus previsiones pesimistas para este año: mientras el Alto Comisariado del Plan (organismo estadístico oficial) indicó que el crecimiento del PIB en el primer trimestre ha sido de 1,5 %, el gobernador del banco central marroquí, Abdelatif Juahri deploró que la economía este año solo crecerá un 1%.
En todo caso, queda claro que las previsiones del Gobierno al elaborar sus presupuestos, y que vaticinaban un 3 % de subida, van a resultar severamente corregidos a la baja.
Estas "correcciones" han sido ampliamente comentadas por varios medios, economistas y políticos, desde los que critican la labor del actual Gobierno, encabezado por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), hasta los que reprochan el "carácter político" de estas previsiones en un año de elecciones legislativas.
El diario "L'Economiste", vinculado a la patronal, consideró que las nuevas previsiones equivalen a un "decrecimiento" y criticaron la gestión económica del actual Ejecutivo y su antecesor.
"Una tasa de crecimiento del 1 % en realidad no puede ser sino un decrecimiento si consideramos la demografía y la inflación. Como en los años 60 y 70, el Gobierno se ha puesto a esperar que la lluvia trabaje en su lugar", protestó el diario francófono en un reciente editorial.
Para muchos observadores, estas previsiones mediocres desvelan la falta de estructuras productivas que podrían atenuar la extrema dependencia de la economía marroquí del sector primario, que puede suponer hasta el 14 % del PIB, da trabajo a al menos siete millones de personas en un país donde el 40 % de la población vive en el mundo rural.
El economista marroquí Mohamed Yauhi atribuyó esta dependencia a problemas intrínsecos del propio sector como la no diversificación y valorización de sus productos y el carácter tradicional e informal de sus actividades.
"El agricultor tradicional marroquí se aferra todavía a una agricultura de subsistencia", dijo Yauhi a Efe y lamentó que los esfuerzos de la estrategia del "Pan Verde de Marruecos", cuyo objetivo es modernizar el sector, aún no ha cambiado este comportamiento.
Para Yauhi, Marruecos podría reducir el peso del cereal mediante el desarrollo de otros cultivos con gran valor añadido como los productos locales (higo chumbo, olivos y argán) y los cítricos.
Para el economista Mehdi Lahlu, los problemas de la economía marroquí radican en la falta de mano de obra cualificada y la fuerte competitividad extranjera.
"Hay una cierta 'primatización' de la economía marroquí que se apoya en sus recursos naturales y en la tierra pero que adolece de una escasa inversión en capital humano", lamentó Lahlu.
Lahlu añade que las pesimistas previsiones para 2016 se explican también por la contribución débil (3 %) del componente no agrícola del PIB, que refleja un "letargo industrial" y una disminución de la actividad turística y a ello se añade la especificidad de ser un año con elecciones legislativas el 7 de octubre.