¿Qué se puede esperar de Trump en el Congreso?

Se acabaron las palabras, es la hora de los hechos. Los mercados esperan que Donald Trump ofrezca una guía de su administración y defienda los pasos para cumplir sus promesas de campaña, incluidos los gigantes gastos en infraestructuras o los impuestos de corte protreccionista. De entrada, dedicará 54.000 millones de dólares extra a gasto militar, pero podrían ser 30.000 millones más. Pero el gran dolor de cabeza es el 'Obamacare', porque Trump, simplemente, no tiene alternativas para desmontarlo. 

El presidente estadounidense, Donald Trump, presentará este martes ante las dos cámaras del Congreso su plan general de gobierno, en su primer mensaje a los legisladores y a todo el país en el que dará su visión de las prioridades nacionales. El discurso del presidente, previsto para las 9 de la noche (02H00 GMT del miércoles), será en la Cámara de Representantes y se espera que Trump ofrezca una guía de su administración y defienda los pasos para cumplir sus promesas de campaña.

Los funcionarios de la Casa Blanca que abonaron ayer el terreno para el discurso de hoy con una presentación preliminar, argumentaban que solo las órdenes ejecutivas que hasta la fecha ha firmado Trump valen ya la pena para los votantes, por cuanto han marcado un resurgir económico prometiendo simplemente alivio tributario y un marco regulatorio más liberalizado. 

El nuevo mandatario tendrá también una oportunidad de ofrecer al país una explicación sobre los avances y retrocesos de su gestión desde que asumió la Casa Blanca el 20 de enero, en especial la espectacular polémica por sus iniciativas respecto a los inmigrantes y refugiados. La narrativa tendrá que ser distinta, porque ya no se trata de convencer a las masas con promesas de campaña sino que es necesario comenzar a andar el camino. 

De entrada, hoy debería haber algún detalle concreto en materia de fiscalidad fronteriza. En concreto, se espera que Trump anuncie un impuesto del 20% a la importaciones, mientras que las exportaciones quedarían libres de cualquier gravamen, en línea con las políticas proteccionistas que ha venido defendiendo desde la campaña electoral. El alcance de esta medida, si queda confirmada, podría ser un serio varapalo para minoristas, fabricantes de automóviles y refinerías de crudo, sectores en los que hay un alta dependencia de lso bienes importados. 

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También cabe esperar detalles sobre la amplia reforma del sistema impositivo anunciada por Trump, la decisión de reformar nuevamente el sistema de salud pública y más datos sobre el sensible aumento de 54.000 millones de dólares en el presupuesto militar; estos deberán ser algunos de los puntos centrales de su esperado discurso.

"Vamos a tener que gastar más dinero en el sector militar. Realmente tenemos que hacerlo. No tenemos opción", dijo Trump en una entrevista para la cadena FoxNews que fue divulgada este martes. De acuerdo con el presidente, "mucha gente dice que es una enorme cantidad de dinero. Pero podrá ser hasta 30.000 millones más que eso".

Hoy mismo, Trump ha recordado proyecciones que hablan de un crecimiento para Estados Unidos del 1%, porcentaje que, según el presidente, sus políticas podrían elevar hasta el 3%. La cuestión es cómo gastar más en partidas que considera claves, como defensa, sin recortar el Seguro Social o el programa Medicare.

El 'Obamacare', un dolor de cabeza

Si bien un recorte de los impuestos constituye una propuesta fundamental del conservador partido Republicano, la promesa de Trump de anular y sustituir el sistema de salud pública heredado de Barack Obama (Obamacare) es hasta ahora un verdadero dolor de cabeza para la Casa Blanca y para los legisladores.

Si bien el gobierno parece dispuesto a eliminar de un plumazo el Obamacare, hasta ahora no ha surgido una propuesta clara para sustituirlo. El desmantelamiento del sistema podría dejar unos 20 millones de personas sin cobertura médica, un escenario que también atormenta a los congresistas conservadores.

Al hablar ante el Congreso, Trump estará en un territorio favorable, ya que el partido Republicano controla las dos cámaras, aunque igualmente deberá mantener constantemente abiertos canales de diálogo. Los republicanos, por ejemplo, tienen mayoría en el Senado pero cinco semanas después de la investidura presidencial aún no dieron su anuencia a todos los nominados para el gabinete ministerial (en parte, debido al bloqueo de los demócratas).

En las últimas semanas, legisladores republicanos que realizaron audiencias en sus distritos electorales sufrieron en carne propia la furia de los electores ante la posibilidad de que el gobierno desmonte el Obamacare sin ofrecer una alternativa. Y los congresistas trasladan esas presiones a la Casa Blanca.

De igual manera, el Congreso deberá discutir y en última instancia aprobar el presupuesto federal, de modo que la Casa Blanca tendrá largas y agotadoras negociaciones por delante.

En ese cuadro, el partido parece dividido entre un ala más a la derecha que quiere la erradicación simple y llana del Obamacare y un sector más pragmático que evalúa el impacto electoral de una medida de esa naturaleza.

El lunes, en una reunión con gobernadores, Trump insistió en la decisión de anular y sustituir el Obamacare, pero concedió que la solución estaba lejos de ser tan fácil. "Nadie se imaginó que el sistema de salud fuera tan complicado", se quejó.

Presupuesto federal

Después de esa reunión con gobernadores, Trump adelantó algunos de los detalles de su proyecto de presupuesto federal, que deja en evidencia las prioridades del nuevo gobierno.

En este sentido, Trump dejó claro que su proyecto de presupuesto para el próximo año fiscal estará basado en la "seguridad nacional", y su propuesta más llamativa es un aumento de 54.000 millones de dólares en la partida destinada a los gastos militares.

El presupuesto estadounidense para defensa aprobado para el año fiscal en curso (incluye el Departamento de Defensa, actividades nucleares de defensa y otras relacionadas) asciende nada menos que a 615.000 millones de dólares.

Este presupuesto es casi el triple del de China, que tiene el segundo mayor en términos militares, y casi ocho veces superior al de Rusia, de acuerdo con el instituto especializado sueco Sipri, aunque Trump considera que no es suficiente.

Un aumento de esta magnitud en los gastos militares, admitió el presidente, obligará necesariamente a un recorte en otras áreas, y de acuerdo con versiones de prensa, las más afectadas serán protección ambiental, el aparato diplomático y los planes de ayuda internacional.

El director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, explicó que el presupuesto del presidente implica que "gastaremos menos fuera del país y gastaremos más en casa".

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