3M. La única compañía que vio venir la crisis

La revista INVERSIÓN publica en su número de esta semana que cuando la demanda de mascarillas para hacer frente al coronavirus aumentó a nivel mundial, en 3M estaban preparados

Ha llegado el momento clave para 3M, el momento para el que el gigante manufacturero de Minnesota, con 118 años de historia, creador de los Post-its, la cinta adhesiva Scotch, las pantallas táctiles y un sinfín de productos, se lleva preparando desde hace casi dos décadas, explica la revista INVERSIÓN en su número de esta semana, que se distribuye a través de Kiosko y Más, el mayor quiosco digital, y Pressreader.

Tras la epidemia de SARS de 2002-03, en 3M se dieron cuenta de que no disponían de los equipos necesarios para hacer frente a picos de demanda inesperados en caso de crisis, lo que denominan «factor X» y, en consecuencia, decidieron generar capacidad de respuesta en sus fábricas de mascarillas de todo el mundo.

Con el paso de los años y con la aparición de factores X como el pánico causado por el ébola y el virus de la gripe A (H1N1), que originaron picos repentinos de demanda, la compañía ha ido puliendo sus procesos de respuesta ante emergencias.

Cuando la demanda de mascarillas para hacer frente al coronavirus aumentó a nivel mundial, en 3M estaban preparados, apunta el semanario económico.

Lucha por los respiradores

En todo el mundo estamos asistiendo a luchas por conseguir respiradores, kits de prueba de Covid-19, lejía y papel higiénico. Sin embargo, prácticamente no hay ningún producto que sea tan escaso y vital para hacer frente a esta emergencia sanitaria como las mascarillas N95 que fabrican 3M, Honeywell, Medicom y algunas empresas más.

Sin mascarillas, aumentan los riesgos de contagio de médicos, enfermeros y otros profesionales sanitarios.

En China, donde se originó el coronavirus, se registra la mitad de la producción mundial de mascarillas. A medida que el brote se expandía, el gobierno chino frenó las exportaciones de mascarillas y solicitó a todos los fabricantes del país, 3M incluido, que incrementasen su producción.

La escasez comenzó a expandirse a medida que iban apareciendo casos de covid-19 en Asia, Europa y Estados Unidos, por lo que los profesionales sanitaros se ven obligados a reutilizar mascarillas usadas y confeccionar sucedáneos de mascarillas con material de manualidades.

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En Estados Unidos, los estados pujan entre sí por mascarillas con precios 10 veces superiores a los habituales, que suelen rondar los 60 - 80 centavos la unidad.

Papel determinante

3M no puede ser la solución de manera individual, pero promete jugar un papel determinante. En dos meses, la compañía ha duplicado su producción mundial de mascarillas N95 hasta cerca de 100 millones mensuales y se plantea invertir en nuevos equipos para incrementar la producción anual de mascarillas hasta los 2 000 millones en 12 meses.

El pasado 22 de marzo, el director ejecutivo, Mike Roman, declaró en las noticias que 3M había enviado 500 000 mascarillas a Seattle y Nueva York y que también había incrementado la producción de higienizantes de manos y desinfectantes.

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Dos días después, Roman reveló que 3M trabajaría junto con Ford Motor Co. para producir equipos de respiración a batería para purificar el aire, dispositivos que se colocan en la cintura para introducir aire en cascos y pantallas.

Honeywell también ha incrementado su producción de N95 y ha anunciado la contratación de, al menos, medio centenar de trabajadores para ampliar su capacidad en una fábrica en Rhode Island.

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