Larry Fink, CEO de Blackrock, anima a sus clientes a comprar bolsa después de vender él

Larry Fink asegura que ahora es el momento de tomar riesgos pero antes de que comenzara el desplome él mismo vendió 25 millones de acciones de Blackrock y evitó pérdidas por 9,3 millones de dólares

Tras el batacazo que han sufrido las bolsas mundiales por culpa de la crisis del coronavirus, siempre hay alguien dispuesto a ver el vaso medio lleno, y ese es Larry Fink, el consejero delegado de Blackrock, una de las mayores gestoras del mundo.

Está convencido Fink de que hay valor a largo plazo en la renta variable, y así se lo acaba de transmitir en una ‘conference call’ a sus clientes. "Creo que ahora es el momento de comenzar a tomar riesgos", dijo Fink. Eso sí, el ejecutivo dejó bien claro que esta opinión es principalmente para los inversores a largo plazo.

Claro que Fink vendió parte de sus acciones en Blackrock antes de que las bolsas se desplomaran. En concreto, el pasado 14 de febrero hizo caja con 25 millones de acciones de la gestora, evitando así pérdidas potenciales de 9,3 millones de dólares, según una investigación de ‘The Wall Street Journal’.

Fink no fue el único que siguió esta estrategia de vender antes del gran desplome. El CEO de Amazon, Jeff Bezos se deshizo de 3.400 millones de dólares en acciones del gigante del comercio electrónico en la primera semana de febrero, lo que lo llevó a esquivar pérdidas de unos 317 millones de dólares.

Gran parte de las ventas que monitorizó el rotativo estadounidense se hicieron durante los horarios comerciales preestablecidos, lo que ayuda a los ejecutivos a eludir las acusaciones de información privilegiada.

También es cierto que los ejecutivos a menudo venden acciones a principios de año, aunque el volumen de ventas fue aproximadamente un 33% mayor en las últimas semanas en comparación con períodos comparables en los últimos dos años, de acuerdo con ‘The Wall Street Journal’.

Más inyecciones fiscales

Ahora, Fink volvió a animar a sus clientes a apostar por la renta variable. Es consciente de que el impacto de la pandemia será duradero y admitió que probablemente cambiará la manera en la que los ciudadanos viven y trabajan.

Los primeros en sufrir el estrés serán los estados, con menos impuestos y más gastos, lo que en el caso de Estados Unidos, podría suponer más ayudas por parte del Ejecutivo de Trump.

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"Creo que este será uno de los problemas más duraderos que tendremos", dijo Fink, quien pareció ver que otra ronda de estímulos, aparte de los dos billones de dólares en gasto fiscal ya aprobados, será necesaria con mucha probabilidad.

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