La bolsa española duplicó la rentabilidad de la deuda en los últimos 120 años

Las acciones arrojaron una rentabilidad media anual del 5,6% en términos reales, respecto al 2,8% que cosecharon los bonos según un estudio de Credit Suisse

La bolsa española prácticamente duplicó la rentabilidad de la deuda española en los últimos 120 años, según un estudio redactado por Credit Suisse Research Institute sobre los rendimientos de las diferentes clases de activos entre los años 1900 y 2020.

Según el mismo documento, elaborado por el instituto del banco suizo en colaboración con la London Business School, las acciones españolas arrojaron una rentabilidad media anual del 5,6% en términos reales, respecto al 2,8% que cosecharon los bonos.

Los datos a nivel global

Aunque en términos nominales esa diferencia se reduce un poco (del 11,2% para las acciones respecto al 8,2% de los bonos españoles), las conclusiones de esta investigación confirman el mantra que suele repetirse en el sector financiero: la bolsa bate a la renta fija en términos de rentabilidad a largo plazo, también en España.

Esa misma idea queda refrendada al analizar los datos del estudio a nivel global.

Así, la renta variable global ha generado una rentabilidad real anualizada en dólares del 5,3% en los últimos 120 años, frente a la rentabilidad del 2,1% arrojada por los bonos en ese mismo tiempo y del 0,8% producida por las letras.

Asimismo, resulta interesante saber que la renta variable ha superado a los bonos y las letras en todos los 32 mercados analizados.

¿Qué pasa con los Estados Unidos?

También muestran esta diferencia los activos del mercado estadounidense, el mayor del mundo al representar el 56% de la capitalización bursátil, muy por encima del segundo mercado, Japón, con el 7,4%; o del tercero, el Reino Unido, con el 4,15% (la Bolsa de Madrid se fundó en 1931 y ocupa el decimoséptimo lugar del mundo por tamaño).

En concreto, las acciones estadounidenses generaron una rentabilidad anualizada media del 6,6% (un punto por encima de la bolsa española); mientras que los títulos de deuda arrojaron una rentabilidad del 2% (por debajo de los bonos españoles) y del 0,8% en el caso de las letras.

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Se trata de resultados lógicos si se tiene en cuenta que el mercado estadounidense de renta variable es más dinámico y que la deuda estadounidense es considerada más segura, por lo que sus inversores exigen menos rentabilidad a la hora de apostar por este activo.

La rentabilidad de los mercados emergentes

En cuanto a los mercados emergentes, el rendimiento de la renta variable de estos países ha sido inferior en un 1,4% anual al de la renta variable de los mercados desarrollados; mientras que el de los bonos ha sido inferior en un 2,2%.

Si bien, este bajo rendimiento se remonta en su mayor parte a la década de 1940. Desde 1960, la renta variable de los emergentes ha superado a la de los desarrollados en un 1,5% anual.

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Es por ello que hay que tener en cuenta este tipo de países a la hora de construir una cartera, según Credit Suisse. Máxime, sabiendo que representan el 14% del universo invertible de la renta variable mundial y el 43% del PIB mundial.

En todo caso, pese a que en el informe queda confirmado que la renta variable ofrece mayores rendimientos a largo plazo que la renta fija, también se avisa de que, desde 1990, “los rendimientos reales de la renta variable se han situado por debajo de sus medias históricas, a pesar de la fuerte recuperación registrada desde 2009 y de haber capeado con éxito la conmoción de la pandemia”.

“Tres mercados bajistas en solo dos décadas han recordado oportunamente el riesgo considerable que conlleva la inversión en acciones”, advierte asimismo el documento de Credit Suisse que, pese a todo, augura que la bolsa va a seguir siendo un activo más rentable que la deuda en el futuro.

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