Velas japonesas, un buen complemento para el trader
Que las emociones están presentes en los movimientos bursátiles hay poca gente que lo pueda poner en duda. No en[…]
Que las emociones están presentes en los movimientos bursátiles hay poca gente que lo pueda poner en duda. No en vano, estos se producen porque muchas personas compran y venden un determinado activo. De este componente emocional ya se percató un comerciante de arroz japonés del siglo XVIII llamado Munehisa Homma; a las variables clásicas que afectaban al precio del arroz (climatología, calidad, etc..) le añadió la psicológica para adelantarse y conseguir ganar dinero en el mercado de futuros de arroz de la época (el primero del mundo).
Aunque parece ser que Homma no fue el primero que dibujó velas japonesas como tal, sí se le considera el precursor de las mismas debido al componente emocional que lleva implícita su interpretación. Parece mentira que con tantos avances que se sucedían en los mercados financieros occidentales de la época no fuera hasta finales del siglo XX cuando se empezara a conocer esta técnica. Fue gracias al libro Japanese Candlestick Tehcniques de Steve Nison. Es curioso, pero Nison era un analista fundamental, eso sí con algunas inquietudes, «reconvertido» al técnico especialmente tras una reunión con un homólogo nipón que utilizaba con total naturalidad las velas japonesas en sus análisis.
Seguramente muchos lectores conocerán las diferencias entre gráficos de líneas, de barras y de velas japonesas, aún así es útil recordarlo. A simple vista ya parece que da mucha más información el gráfico de velas, ya que los colores ayudan a hacerse una idea de las fuerzas alcistas o bajistas. En el ejemplo (gráfico 1) se ha detallado una vela alcista (en verde o en blanco dependiendo del gráfico), las bajistas, es decir el cierre por debajo de la apertura, están coloreadas o bien en rojo (como es el caso del ejemplo) o bien en negro. Esta facilidad de visualización hace que muchos de los analistas que observan gráficos, incluso los fundamentales, tengan en sus pantallas gráficos de velas, independientemente que las utilicen como técnica de operativa. Realmente, éste no es un artículo destinado a mostrar diferentes velas o combinaciones de ellas, con sus nombres y su significado, sino que está orientado a definir sus bases, y algunos aspectos clave.
Gráfico 1
El más destacable es la importancia de la paciencia a la hora de operar con esta técnica. Hay que tener en cuenta que una vela se está formando durante una sesión, es decir, un día en un gráfico diario o media hora en un gráfico de 30 minutos, por lo tanto hasta que no ha acabado la sesión existe vela alguna. Es más, cuando la señal es de dos o tres velas unidas no se forma hasta que acaba la segunda o tercera sesión. La paciencia es una de las cualidades que más falta entre los especuladores (el otro extremo también abunda) y por tanto la precipitación es fácil, especialmente entre los más cortoplacistas que piensan que se les «va a escapar» una gran oportunidad. Incluso, se puede complicar más el tema: es muy recomendable, no solo esperar a que acabe la sesión y por tanto la formación de la vela, sino también esperar a la siguiente, la que podríamos llamar vela de confirmación.
Señales
Existen dos tipos de señales de velas japonesas, (i) las de cambio de tendencia, es decir las que anticipan el fin de una época alcista o bajista y (ii) las de continuación de tendencia. En ambos casos es muy importante la vela de confirmación: en las que ofrecen señal de compra (continuación alcista o fin de tendencia bajista) la vela de confirmación debería estar por encima de la anterior; mientras en las de venta (continuación bajista o fin de tenencia alcista) debería estar por debajo.
Es cierto que hay algunas velas que se dan en pocas ocasiones y los operadores que la estén esperando no quieran quedarse quietos hasta que finalice y mucho menos hasta que se dé la confirmación. Cada uno tiene su forma de operar y habrá a quién le vaya bien intentar adelantarse, o no, pero, como en tantas otras herramientas, esperar confirmación o consolidación de un nivel da un extra de tranquilidad sin, en muchos casos, sacrificar rentabilidad. También es cierto que se puede comprar más caro, o salir más barato, o incluso que se haya perdido la operación; sin embargo, a largo plazo los resultados pueden ser mejores.
Gráfico 2
Así, en el ejemplo 1 del gráfico 2 una vela llamada «estrella fugaz» que anticiparía un fin de tendencia alcista, queda anulada por la siguiente que se sitúa por encima. Otro punto fundamental es el de combinar velas japonesas con otras herramientas, ya sean técnicas (soportes, fibonaccis, gaps, cruces de medias...) como fundamentales (presentaciones de resultados, alcance de valores objetivos...). En el ejemplo 2 del gráfico 2 se aprecia como un «martillo» acaba de cerrar un hueco, con lo que da una doble señal de compra, mientras que en el 3 del mismo gráfico una «estrella fugaz» colocada en una resistencia da una clara señal de venta.
Por último, aunque no menos importante, las velas pueden ser útiles para determinar stops; es obvio el caso de velas de cambio de tendencia, ya que de por sí marcan un soporte, que si ha sido combinado con otro es más potente. Pero también hay algunas de continuación que ayudan en este sentido, así es posible una vuelta o «throwback» hasta la mitad de una «gran vela blanca» (o verde) con lo que nos da la opción de subir el stop hasta un punto un poco inferior a este nivel (ejemplo 4 gráfico 2).
En definitiva, las velas japonesas son un instrumento más a la hora de tomar decisiones y los estudios sobre este tipo de técnicas pueden extenderse mucho, ya que hay cientos de figuras distintas. Para quien no quiera profundizar, combinándolas con otras puede dar buenos resultados, eso sí, siempre teniendo en cuenta que un espacio de trabajo gráfico no puede ser un compendio de señales que no permitan tomar decisiones.
Luis García Langa es director de Aulafinanzas.com