Mercados: ¿Podremos recuperar el terreno perdido?

Estos días, cuando algunos pequeños inversores han ido leyendo o escuchando las rentabilidades de los diferentes índices bursátiles durante 2015,[…]

Estos días, cuando algunos pequeños inversores han ido leyendo o escuchando las rentabilidades de los diferentes índices bursátiles durante 2015, están haciendo una reflexión que puede ser muy peligrosa: «si el Ibex ha ido peor, en algún momento tendrá que recuperar y ponerse al nivel de otros».

Evidentemente, para los que ya conocen al mercado, hacer esta afirmación sin más fundamento que «porque lo ha hecho peor» no tiene razón de ser, y se puede contradecir con otro, también muy simplista pero de mucho más peso: «si lo ha hecho peor por algo será»; y desde luego, cuando miramos lo ocurrido el año pasado sí vemos dos motivaciones por las que el mercado ha penalizado a nuestro selectivo:

Los intereses de las empresas en Brasil, que no hace muchos años parecía la panacea por su mundial de fútbol y sus Juegos Olímpicos, han lastrado las rentabilidades tras rebajas de rating y otras noticias negativas que nos llegan del país carioca. El Banco Santander es el mayor exponente de este factor, siendo el peor de entre los «blue chips» españoles. Por otro lado, el año tan extraordinariamente electoral, con autonómicas en Andalucía en marzo (y la dificultad de formar gobierno posteriormente), las municipales y otras autonómicas en mayo, las catalanas en septiembre (con todo el proceso independentista de trasfondo) y por último acabamos el 20D con las generales han hecho que la inseguridad política se adueñara de los mercados; de hecho el momento de más apertura del hueco entra la nuestra y el resto de bolsas coincide con la campaña electoral catalana.

Todo esto ha provocado números rojos en el Ibex, mientras que los índices de otros países que presentan unos datos macroeconómicos peores a los nuestros han obtenido rentabilidades positivas en 2015. Incluso Alemania, castigada por el «escándalo Volskwagen», y especialmente otros de los países anteriormente conocidos como «PIIGS» como Portugal, Italia e Irlanda que subieron entre el 10 y el 30 por ciento (Grecia, como no podía ser de otra manera, ha sido la otra excepción). Esto último hace pensar que es muy posible que por semejanzas en las coyunturas vividas estos años anteriores, sin los factores comentados anteriormente, hubiéramos vivido alzas similares a éste último grupo de bolsas.

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Ahora bien, ¿es preferible invertir en otras bolsas europeas en 2016?

Los factores que han hecho que el año pasado el Ibex fuera peor que otros se mantienen; tanto sobre Brasil (basta con mirar las carteras de los fondos globales de emergentes para ver lo poco que confían los gestores en ese país) como sobre la incertidumbre política.

En todo este proceso, el Ibex ha ido rompiendo soportes claves, hasta el momento en que perforó los 9.300, nivel con el que además pierde la media de 200 sesiones, y, por tanto, su tendencia a largo plazo queda en entredicho. Actualmente su intento de aguantar los 9.000 (más psicológico que técnico) es importante, ya que de no hacerlo la siguiente «parada» podría estar en 8.300.

Mientras tanto, otros índices europeos como el EuroStoxx, incluso a pesar de incluir cinco valores españoles, presenta una estructura técnica mucho mejor (por no hablar de la estabilidad política y la diversificación empresarial no existente en el Ibex). 

El soporte de 3.030/3.000 situado además por encima de una directriz alcista a largo plazo y de una media de 200 sesiones, y en el que se ha ido apoyando desde que lo consiguió superar a finales de 2013, hacen que la inversión sea mucho más tranquila; no solo por la fuerza de ese soporte, sino porque además presenta una «salida fácil y barata», en torno a los 2.800/2.700, en caso de perderse.

Los objetivos también estarían acordes a esta estrategia. En primer lugar tendríamos los 2.330 que supusieron el máximo anual de 2014 pero que en 2015 se sobrepasó sin problemas en ambos sentidos; para seguir hasta el 3.510, ya más rentable que la potencial pérdida y que marca el 61,80 por ciento de la caída 2007-2009; el más ambicioso, siendo realistas, estaría entre el máximo de 2015 y los 3.900.

A los inversores particulares españoles les cuesta salir de nuestro mercado, en la mayoría de ocasiones por desconocimiento, a pesar de las herramientas de operativa que nos da el mercado actualmente con información al momento, fuentes de datos fiables e instrumentos de inversión accesibles (además de las acciones) como fondos de inversión (los hay que vencen al mercado) y ETFs.

Para quien no se atreva y quiera mantenerse en bolsa española, hay factores positivos y negativos para hacerlo, aunque en esta ocasión parece más razonable por el binomio rentabilidad/riesgo estar invertidos en otras bolsas europeas con mejor aspecto, confiando en que los soportes mencionados funcionen y esperar a que el Ibex consolide un suelo en el que asentarse para tomar nuevas posiciones.

EuroStoxx 50

Luis García Langa es analista financiero. Puedes seguirle en @luisgarcialanga

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