Las grandes apuestas para invertir en 2016

La bolsa es el activo rey, sobre todo la europea, aunque haya que protegerse a veces de la volatilidad. Y aunque hay expertos que aconsejan combinarla con liquidez, otros no descartan invertir en renta fija, siempre de manera muy diversificada

El año que dejamos atrás ha sido volátil, en algunos momentos, mucho, con Grecia, China, la caída del petróleo y el «high yield» y las dudas que han despertado los bancos centrales como principales fuentes de preocupación. El año también ha sido desigual por la importante dispersión en cuanto a los resultados que se han podido obtener invirtiendo en unos índices bursátiles y en otros y por las diferencias que ha habido entre unos componentes y otros de esos mismos indicadores. Eso, en la bolsa. En el mercado de la renta fija, tampoco este año ha llegado el desastre, pese a que, ejercicio tras ejercicio, se ha venido anunciando el pinchazo de la presunta burbuja. Aunque no ha esquivado la volatilidad. 

Quizás, el gran ganador ha sido el dólar. Por fin, ha llegado el año del billete verde. La divisa americana ha ganado un 10 por ciento respecto al euro. 

Las materias primas se han llevado la peor parte, han sido las principales víctimas de la desaceleración china. También ha sido víctima de la batalla geopolítica entre los socios de la OPEP y entre sus miembros más veteranos y fuertes y las nuevas maneras de explotar petróleo. 

¿Qué podemos esperar para el año 2016? Las turbulencias de diciembre enturbian un poco el panorama y pueden adelantar un escenario volátil con vistas al próximo año: «En el lado positivo, vemos pocas áreas donde se esté dando una efervescencia real. Sin embargo, incluso aunque no se produzcan convulsiones, es probable que la volatilidad aumente», señala Russ Koesterich, de BlackRock Investment Institute. Ello, aunque el escenario de fondo sea favorable. Juan Luis García Alejo, director de análisis y producto de Andbank, comenta que, en un mundo creciendo de manera desigual, pero a un ritmo del 3 por ciento, y con los bancos centrales sirviendo de apoyo, los activos de riesgo se han de ver favorecidos. 

Los expertos de Banca March añaden que, después de un 2015 de desaceleración, en 2016 se espera un repunte de la actividad soportado por el mayor dinamismo de las economías desarrolladas y la estabilización de las grandes economías emergentes. Pero Miguel Ángel García, experto de esta última firma, admite que este entorno quizás sea propicio para carteras polarizadas, con una parte agresiva, invertida en bolsa, y el resto, en tesorería, dado que, en su opinión, «con lo que no se va a estar tranquilo será con los bonos». Quizás sea en ellos donde se respire la volatilidad que pueden ocasionar las noticias que vengan de la Fed y del BCE. 

Con un apoyo algo menos decidido que antaño por su parte, o con una efectividad más cuestionada de sus políticas, el crecimiento será fundamental para las bolsas. Eso dicen los analistas de BlackRock: a la hora de invertir en renta variable, habrá que prestar mucha más atención en 2016 al ciclo empresarial, crediticio y de valoraciones, dado que el impacto del ciclo de política monetaria expansiva se está disipando. Para los expertos de Goldman Sachs, además, tras la expansión de múltiplos, es necesaria la mejora de los beneficios. El inversor ha de estar atento, además, a las variaciones en la dinámica del mercado, que suelen ser bruscas. Como vacuna, Koesterich propone: «La exposición a empresas de calidad, como las consolidadas de tecnología y salud, ha demostrado ser un contrapeso eficaz en periodos de mayor vulnerabilidad». 

Dominic Rossi, de Fidelity Internacional, se muestra positivo: «2016 promete ser un año mejor para las acciones que 2015, cuando el crecimiento peor de lo previsto en los países emergentes provocó sacudidas en los mercado». En opinión de Rossi, la deflación que exportó el mundo emergente va a engordar el consumo interno en los países desarrollados este año. 

Pese a los «peros» y a las advertencias, la reina de las recomendaciones sigue siendo la bolsa, especialmente la europea, aunque también se puedan seleccionar valores en EE.UU., pese a que será un mercado algo más peligroso, porque dados los niveles a los que cotiza cualquier pequeña mala noticia puede ser fatal. A Caroline Pearce, de Fidelity, de hecho, le preocupa más la rentabilidad empresarial, los beneficios y su sostenimiento que la subida de tipos de la Fed. Japón genera más controversia, mientras que en los emergentes, la zona preferida es, sin duda, Asia.
Como fuente de volatilidad, los expertos de BlackRock señalan las fluctuaciones del dólar y sus efectos en las materias primas, los emergentes y los beneficios de las empresas americanas.

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¿Será China un problema?

Pero, hablando de emergentes, ¿provocará China tanta incertidumbre como en 2015? Lo sucedido en los primeros días de 2016 parece pensar que sí. Aunque hay analistas optimistas. Lionel Aeschlimann, de Mirabaud, reconoce que con el gigante asiático son más positivos que la media. Afirma que el país se desacelera, pero de manera sostenible, dado que, mientras los datos ligados al sector manufacturero siguen deteriorándose, los vinculados a los servicios y a las nuevas tecnologías crecen con vigor. Ello implica, en su opinión, que puede haber crecimientos del PIB de alrededor de un 6,5 por ciento en los próximos años, o incluso de hasta un 6,7 por ciento. Además, desde Mirabaud también confían en un país «que siempre ha dicho lo que ha hecho y que ha hecho lo que ha dicho». Además, de acuerdo con Alejandro Vidal, de Banca March, la baja inflación permitirá al gigante asiático poner en marcha nuevos estímulos. No hay que olvidar el gran riesgo y el gran reto al que se enfrenta: su deuda, que ronda las 2,8 veces su PIB y la elevada dependencia de la inversión. 

Seguimos con emergentes y Alex Fusté, de Andbank, espera una recuperación de sus divisas, así como una convergencia en los niveles de rentabilidad de sus bonos hacia niveles de Occidente. Entre los activos de riesgo, pues, que pueden ganar, además de la bolsa europea, los mercados emergentes, sus divisas y sus bonos, aunque con cuidado y no de manera generalizada. De hecho, para Anna Stupnytska, de Fidelity, en emergentes, la diferenciación es todo.

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En relación con las divisas, Patrice Gautry, de UBP, alerta de otro riesgo que el inversor habrá de contemplar: su volatilidad. Advierte de que se puede recrudecer la guerra de divisas, lo que puede distorsionar los rendimientos que se pueden esperar de los activos. 

Euro-dólar y renta fija

En el tipo de cambio rey, el euro-dólar, hay discrepancias: a lo largo de los últimos meses hemos visto en estas páginas a los analistas de HSBC y de Saxo Bank, por ejemplo, apuntando la posibilidad de que el euro-recupere posiciones con respecto al dólar, hasta niveles de 1,20, como señala el jefe de divisas de HSBC, o hasta 1,15, como los expertos de BNP Paribas Personal Investors. Pero otras firmas apuestan por una tendencia hacia la paridad. 

Una tendencia hacia la paridad con la que contribuye un Banco Central Europeo hiperactivo desde principios de año y más todavía desde el pasado 3 de diciembre. Ésa es una razón para seguir apostando por la bolsa europea. Y para que el inversor conservador no descarte del todo la renta fija y asuma más riesgo del que puede y debe. Aún va a haber oportunidades en la deuda corporativa y en la soberana de países periféricos. El riesgo puede estar, según Alex Fusté, en que esa sobreactuación del BCE ocasione problemas de liquidez, o en que su efectividad marginal vaya reduciéndose, como apuntan los expertos de Banca March. Además, no hay que perder de vista que, según los expertos de BNP Paribas Personal Investors, podemos ver picos de volatilidad en la deuda ante la posibilidad de un escenario económico mejor en la zona euro a finales de 2016, que vendría acompañado de renovadas inquietudes respecto a la política del BCE. Andrew Wells, de Fidelity, aconseja diversificación para afrontar estos riesgos. 

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En cuanto a las materias primas, multitud de pronósticos, sobre todo para la más popular, para el crudo. Para el barril, tengan en cuenta una horquilla entre los 30 y los 50 dólares, como estiman desde Andbank. Aunque los expertos de Banca March apuntan que, a lo largo del segundo semestre de 2016 se prevé que el aumento de la demanda pueda absorber el exceso de oferta y los precios se recuperen. Estiman un precio promedio de 55 dólares para el conjunto del año.

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