La oferta del fondo Lone Star por Novo Banco caduca 4 de enero, según prensa

El fondo estadounidense Lone Star va a cancelar su oferta por el Novo Banco, entidad creada tras la intervención del Banco Espírito Santo (BES), si la venta no se cierra antes del 4 de enero, avanzó hoy "Jornal de Negocios".

El diario luso señala que la decisión de Lone Star, que ofrece 750 millones de euros por la entidad y la posibilidad de inyectar otros 750 millones en el banco, ya fue comunicada al responsable del proceso de venta del Novo Banco, Sergio Monteiro.

Los estadounidenses no están contentos con el retraso de la venta, que podría aplazarse hasta enero en vez de quedar cerrada antes de que acabe el año.

La causa de este retraso sería que otro de los candidatos, el grupo chino Minsheng Financial, todavía no ha presentado al Banco de Portugal las garantías financieras para probar que es capaz de afrontar la operación.

La propuesta del grupo chino, a diferencia del resto, no iría dirigida a adquirir la totalidad del Novo Banco, sino cerca del 50 % del capital, además de realizar otras inyecciones en la entidad.

Por el banco luso también compiten los estadounidenses Centerbridge y Apollo, que presentaron una propuesta conjunta.

El Banco Portugués de Inversiones (BPI, participado por el Caixabank) y el Banco Comercial Portugués (BCP), también estaba interesado, pero según la prensa lusa no presentaron ofertas firmes y por ello quedarían fuera.

Según el plazo estipulado por Bruselas, el Novo Banco debe ser vendido antes de agosto de 2017 y actualmente se encuentra en curso un segundo intento de venderlo, que el Banco de Portugal quería dejar cerrado antes de que acabe el año.

El presidente de la Asociación Portuguesa de Bancos, Fernando Faria de Oliveira, señaló hoy tras un acto en Oporto que "sería conveniente intentar cumplir lo que estaba previsto, que era finalizar la negociación antes de finales de año".

El Novo Banco fue creado en agosto de 2014 y pertenece al llamado Fondo de Resolución, recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones de euros y otros 1.000 millones aportados por el resto de entidades financieras lusas.

La venta de la entidad es motivo de preocupación en Portugal, ya que de producirse por un precio inferior al coste que supuso su creación las pérdidas deberían ser asumidas por el sistema financiero luso.