La doble ayuda de los stops: ¿Por qué y cómo usarlos?
Los stops son una herramienta muy válida y casi necesaria para un inversor-especulador que quiera tener éxito a largo plazo.[…]
Los stops son una herramienta muy válida y casi necesaria para un inversor-especulador que quiera tener éxito a largo plazo. En este artículo se intentará responder, siempre desde el punto de vista de stops de venta, a estas preguntas: qué son, por qué usarlos, cómo usarlos y por qué permiten salidas en beneficios. ¿Qué son?
Para empezar, hay que explicar que un stop no es una orden en sí misma, se trata de una condición: cuando la cotización pasa (bajando) por el precio donde se ha colocado el stop, éste se dispara y lanza una orden de venta. Ésta orden puede ser, generalmente, de dos tipos: limitada o a mercado (podría ser también, por ejemplo, por lo mejor). Veamos los pros y contras de ambas:
Stop a mercado:
Cuando el activo baja a un determinado precio el sistema envía una orden a mercado y se ejecuta inmediatamente. La gran ventaja es que protege al inversor pase lo que pase, el inconveniente es que puede ejecutarse a un precio inferior al deseado si en el precio del stop no hay comprador. Normalmente, si salta en medio de una sesión la diferencia con el siguiente comprador es pequeña. Sí puede dar sorpresas desagradables en aperturas del mercado con huecos anchos debido a alguna noticia conocida a mercado cerrado.
Stop limitado:
El stop dispara una orden de venta limitada. El inversor quiere evitar o limitar la diferencia entre el stop y la ejecución de la orden: aparte de introducir un precio stop, también marca el límite al que quiere que se ejecute. De esta forma, si el hueco entre el disparo y el primer comprador es superior al límite no se ejecuta la orden, quedando ésta en el libro de oferta-demanda como limitada (sí se ejecutará si el precio rebota). La ventaja de esta operativa es que nunca se venderá a un precio inferior al limitado, aunque podría darse el caso de que, si no rebota el precio, nunca se venda y no proteja.
¿Por qué poner stops?
El principal motivo es para proteger las inversiones. Es mejor que un seguro: si se da una coyuntura (bajada de precios) protege a cambio de un desembolso (diferencia entre compra y stop); con la ventaja que si ésta no se da (si sube la cotización) no hay que pagar nada por dicha protección.
Con un stop es más fácil desarrollar estrategias de inversión ya que permite ir rebalanceando carteras: al disponer de un capital limitado no se puede invertir en todos los activos que se desean. La ejecución de un stop permite, asumiendo una pérdida limitada, invertir en otros activos mejores y eliminar el coste de oportunidad.
Otra función de cara a la estrategia es elegir cuánto se invierte en un determinado activo. Así se podrá invertir más o menos en función de la distancia entre la compra y el stop.
De esta forma, el número de acciones a comprar se puede calcular como el cociente entre la pérdida asumible absoluta por operación y el precio de compra-stop. Si la estrategia está basada en análisis técnico operar sin stops es una falta de sentido común: las entradas se dan en base a señales que se pueden anular posteriormente, e incluso girarse (un soporte pasa a ser resistencia).
¿Cómo poner stops?
Hay dos formas de hacerlo: elegir una pérdida porcentual máxima por operación o, dentro de un rango, utilizar el análisis técnico y situar el stop por debajo de un punto de teórico rebote. Una regla muy útil para definir un precio stop es que el beneficio buscado debe ser superior a la pérdida asumida. Respetando esta «norma» el inversor se garantiza que, en caso de perder tantas veces como gana, a largo plazo gana dinero.
Gráfico 1
En el gráfico 1 hay un ejemplo: Ante una compra a 65,50 se pueden plantear dos stops, uno a 61,90 y otro a 56,90. Si el objetivo que se busca es 70,50 el stop no puede superar el 7,60 por ciento; por lo tanto se utilizaría el «stop 1». Si el objetivo es del 16,30 por ciento, sí se puede asumir el «stop 2». El stop se debe siempre decidir antes de introducir la orden de compra en el sistema: emocionalmente es un momento en el que todavía hay algo de objetividad. En esta misma línea, nunca se deben bajar los stops (es bueno apuntarse porqué se ponen en un determinado precio) con una excepción: ante operaciones corporativas que produzcan un ajuste en precios como dividendos o ampliaciones de capital y, por supuesto, en splits.
Gráfico 2
¿Cómo usarlo para vender tras subidas?
Uno de los grandes problemas de los traders es saber cuándo vender, y los stops vuelven a ayudar. Hay muchas frases típicas de bolsa que son falsas pero otras son ciertas; «limitar las pérdidas y dejar correr las ganancias» o «la última peseta que se la lleve otro» son dos de las verdaderas. Al alcanzar un objetivo de revalorización es posible subir el stop. Ello permite seguir invertidos si lo supera pero si se gira vender con plusvalías optimizadas. Si, además, el objetivo es una resistencia, esto cobra mucho más sentido. En el gráfico 2, si la cotización alcanza el «objetivo 1» el inversor puede subirse el stop a 70,40; si se rompe la resistencia se pasa al «objetivo 2» y así sucesivamente. Las dos frases anteriores se cumplen: se dejan correr las ganancias y nunca se venderá en el máximo.
Esta forma de operar en ganancias con stops es la clásica; en los últimos tiempos también se utiliza una automatizada, los stops dinámicos o trailing stops. El funcionamiento es simple y permite menos subjetividad: a medida que va subiendo la cotización, el stop va haciendo lo propio respetando un porcentaje o una cantidad entre precio y stop.
Partiendo de la base que es una operativa que puede ser muy buena tiene una pega, se podría colocar el stop por encima de algún punto de rebote. Como se puede ver en el gráfico 2, ante una operación con un stop al 4,90 por ciento, el stop dinámico hubiera saltado en un punto de soporte: por encima de un pequeño soporte y de las medias dibujadas (y es posible que la compra sea por un triple cruce de ellas y precio). Manualmente no se hubiera colocado y sí se hubiera subido, y saltado, a 53,90; proporcionalmente respecto al stop es óptimo (2-1) y la resistencia es muy clara.
Luis García Langa es director de corredordefondos.com y aulafinanzas.com