La banca insiste en que las entidades que no sean rentables desaparecerán

El presidente de la patronal bancaria española, AEB, José María Roldán, insistió hoy en que las entidades bancarias tienen que[…]

El presidente de la patronal bancaria española, AEB, José María Roldán, insistió hoy en que las entidades bancarias tienen que ser rentables para sobrevivir y también ser capaces de remunerar adecuadamente a sus accionistas.

En su intervención en la inauguración del VII Encuentro Financiero organizado por Expansión y KPMG, Roldán dijo que la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) de cualquier empresa, bancos incluidos, debe cubrir el coste de capital demandado por los accionistas.

En el caso concreto de los bancos europeos, explicó, ese coste de capital estaría entre el 10-12 % y en el sector español, la rentabilidad adecuada global sería del 6 %, aunque con grandes diferencias entre entidades.

"A medio plazo, un sector que no es capaz de remunerar adecuadamente a sus accionistas está abocado a experimentar un retroceso y si se mantiene en el largo plazo esa tendencia, incluso a desaparecer", precisó.

En cualquier caso, para Roldán, "es sorprendente" que el coste de capital exigido a la banca no haya disminuido a pesar de las mayores exigencias normativas de capital.

Sin embargo, explicó que puede haber otras incertidumbres en el sector que lo pueden explicar, como "las heridas" dejadas por la crisis en los balances, los bajos tipos de interés o el impacto de la regulación.

"No es una cuestión de reexaminar la viabilidad del negocio bancario", ya que con tipos negativos "el núcleo principal del negocio deja de tener valor", sobre todo para los bancos comerciales españoles que se centran en financiar la economía real, a las familias y a las empresas, señaló.

Se trata de un modelo de negocio "que no provocó la crisis y que la resistió bien y que es precisamente el que está en riesgo", indicó.

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En cuanto a los tipos negativos, dijo que "la buena noticia" es que dejarán de formar parte del panorama financiero más pronto que tarde y aunque esto no garantizará que desaparezcan las dificultades, "veremos cómo en la próxima década habrá tipos mas bajos que antes de la crisis".

Otro elemento de dificultad para el negocio bancario es la regulación, y son tres los aspectos que complican las cosas: su exigencia o dureza, que es natural tras la crisis, su complejidad y su inestabilidad.

"Elevar demasiado los requerimientos sería negativo, pues la seguridad absoluta no existe", señaló Roldán, quien agregó que "la paz de los cementerios no puede ser el objetivo de la regulación bancaria".

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En cuanto a la complejidad, la dificultad no sólo está en los costes de cumplimiento más altos o en la excesiva atención de los gestores en detrimento de la gestión del negocio, sino que se desconoce el efecto del cóctel de medicina regulatoria que se está suministrando a los bancos.

Los llamados estudios de impacto son sólo aproximaciones burdas, aunque las autoridades regulatorias han prometido examinar con atención las regulaciones por si se produjeran efectos indeseados.

También llamó la atención sobre el hecho "paradójico" de que el Banco Central Europeo (BCE) "está siendo duro" con las entidades como supervisor, mientras que con su política monetaria laxa "nos invite a asumir más riesgos" animados por los tipos bajos y las facilidades de crédito.

"Extraños tiempos en los que nos ha tocado vivir", destacó.

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