La AEB sostiene que esquemas de protección de activos no son ayudas públicas

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha dicho hoy que los bancos de la[…]

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha dicho hoy que los bancos de la AEB no han recibido un euro de dinero público, ya que los esquemas de protección de activos no son ayudas públicas a los bancos, sino un elemento que se empleó para rescatar cajas.

Durante su intervención en un curso sobre economía digital organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por BBVA, ha reiterado que estos EPA no se pueden considerar como una ayuda pública a los bancos, sino una ayuda a la entidad que tiene el problema, en concreto las cajas de ahorros.

Por eso, ha valorado la opción elegida por el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) frente a otras -un banco "puente", o la liquidación-, que permitió absorber las pérdidas y estabilizar la situación en menos de 24 horas.

No se han empleado fondos públicos para solventar la crisis del Popular -que venía de atrás y no ha surgido de modo "súbito"-, ha dicho; se escogió la mejor solución posible para clientes y acreedores, sin contagio a otras entidades y sin usar dinero público.

De este modo, "un banco muy bien gestionado -el Santander-" ha aceptado hacerse cargo de una situación crítica.

No obstante, ha reconocido que no cuenta con información de primera mano sobre la operación del Popular, ya que las decisiones se han tomado en Fráncfort y en Bruselas y su principal fuente de información "son los medios de comunicación"; la AEB no ha formado parte de la toma de decisiones.

Eso sí, ha enfatizado, hay que dotar de la máxima transparencia a todos los procesos de resolución, no antes, naturalmente, cuando prima la confidencialidad, sino después, y en el caso del Popular esto se ha cumplido.

En cuanto al efecto que haya podido tener la resolución del Popular en la reputación del sector, ha admitido que tras la crisis no ha mejorado, aunque lo más relevante es que los clientes "tienen una mala imagen del sector pero buena de su propio banco", y esa es una buena base sobre la que construir la recuperación de la confianza.

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El presidente de la patronal se ha referido también al fuerte proceso de concentración bancaria vivido en España en los últimos años, que se ha llevado a cabo en un país que estaba sobrebancarizado, y que hoy está en niveles razonables de prestación de servicios.

Con una competencia no sólo adecuada sino "salvaje" en el sector, en parte procedente de los nuevos actores que quieren entrar en el mercado de productos financieros -algo muy positivo-, España tiene un grado de concentración bancaria mayor que otros países más grandes y menor que otros más pequeños, pero en líneas generales adecuado a su tamaño.

Sobre qué sería más conveniente, si que se fusionen entidades pequeñas entre sí o entre una grande y una más pequeña, Roldán ha admitido que "lo mejor es lo que interese al comprador y al adquirido", y en el actual entorno regulatorio "el tamaño es relevante".

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En este sentido, el ex director general del Banco de España Aristóbulo de Juan, que también ha participado hoy en el curso, se ha mostrado contrario a las fusiones porque conducen a crear bancos sistémicos, "demasiado grandes para caer", a los que el supervisor "no se atreve a meter mano" en caso de problemas.

Con respecto a la unión bancaria, ha apuntado que falta la creación de un fondo de garantía de depósitos común que, ha bromeado, solo llegará "por encima del cadáver de los alemanes".

Asimismo, ha destacado el papel de la supervisión, que en su opinión es "más importante que la regulación" porque "si la regulación tiene lagunas, una buena supervisión las subsana, y si la regulación es muy buena, una mala supervisión la puede estropear".

Roldán, por su parte, ha asegurado que la regulación, un "corsé que impide la innovación", no deja de ser un coste fijo.

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También ha insistido en que, más allá del número de entidades por país, "la dimensión europea va a ser cada vez más importante", aunque para ello es necesario que se armonice la regulación porque "si no logramos que la unión bancaria tenga operadores paneuropeos habremos fracasado".

En ese sentido, ha apuntado a la importancia que tendrán los nuevos operadores digitales, que "tienen una capacidad de penetración enorme" y "en la medida que exista una oportunidad (de negocio) van a ir a por ella".

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