Independencia: La prima de riesgo catalana se dispara y pone en duda su capacidad de financiación

En 2012  los españoles se familiarizaron con el concepto de prima de riesgo. En aquel verano, la española llegó a[…]

En 2012  los españoles se familiarizaron con el concepto de prima de riesgo. En aquel verano, la española llegó a alcanzar el récord de 646 puntos y el bono español a 10 años, el de referencia ofrecía una rentabilidad del 7,6%. Y es que durante esos meses se ponía en duda la viabilidad de la economía española, un posible rescate a lo Grecia y la ruptura del euro. Sin embargo apareció Mario Draghi y con sus palabras, y la posibilidad de aprobar un QE, más pronto que tarde, hizo que España acabara el año por debajo de los 400 puntos.

Hoy la prima de riesgo española se mueve en torno a los 120 puntos, un nivel más que cómodo. 

Sin embargo, es la catalana la que está sufriendo, con diferencial sobre Madrid de 400 euros y de  casi 300 puntos más que la española, en concreto a tres años, se sitúa en 301 puntos básicos por encima de la española, cuando a finales de la semana pasada alcanzaba los 279 puntos. Desde que se puso en marcha el proceso independentista se ha ido incrementando paulatinamente hasta marcar hoy la máxima diferencia. En España está referenciada a la alemana. Cuando un estado, fondo o empresa invierte en renta fija busca sobre todo seguridad y no tanto rentabilidad. Por lo tanto siempre serán más apetecibles las que tengan menores riesgo de impago o dudas acerca de su viabilidad.

¿Pero qué significa?

Como recordábamos la prima de riesgo es el diferencial que paga un país por financiarse en referencia con otras deudas públicas más seguras. En el caso de Cataluña, la región deberá pagar más para colocar su deuda en el caso de independencia que la española, la alemana o la italiana. Es decir, mide el riesgo de un país.

Es decir, que el mercado exige la misma rentabilidad a Cataluña, en caso de que decidiera acudir a los mercados, que otros países como Serbia. 

Que un país pague poco en sus bonos o tenga una prima de riesgo baja tiene importantes consecuencias. En primer lugar para financiarse. Esto significa que su financiación en el mercado de capitales será más barata que otros países que ofrezcan mayor rentabilidad. Además, de ser objeto de deseo para inversiones más seguras. 

Si el país se financia más barato debería pagar menos intereses a los países que compran su deuda, por lo que podrá destinar ese excedente o ahorro a inversiones públicas.

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Quienes se beneficiarán serán las empresas y entidades financieras que también tendrán unos costes de financiación más barato y que podrán repercutir ese abaratamiento en inversiones, contrataciones o también mejorar la financiación de las empresas.

Finalmente, la confianza inversora. Un país podrá 

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