Guerra en Ucrania: otro palo en la rueda del crecimiento europeo

La economía europea también sufriá por las sanciones impuestas a Rusia. Primero, disparará la inflación y ralentizará el crecimiento. ¿Llegará la recesión?

La guerra en Ucrania impactará de lleno en las economías europeas. Los primeros cálculos señalan, sin tener en cuenta el impacto de las sanciones a Rusia, que restará cuatro décimas al PIB de la eurozona.

La recesión no está sobre la mesa, pero si una ralentización de la economía que junto con la inflación disparada despertaría el fantasma de la estanflación.

Y es que el principal peligro para las economías europeas seguirá viniendo del lado de la inflación. La principal consecuencia de la guerra será una inflación más elevada, que presionará a la subyacente (que en España ya está en el 3 por ciento), lo que es muy perjudicial”, insiste el economista Miguel Ángel Bernal.

“No hay shock de la demanda, sino que hay shock de la oferta que está llevando a las materias primas a registrar récords en sus precios y en este entorno la política monetaria no puede hacer nada”, explica el economista.

Esta opinión también la comparte Hans-Jörg Naumer, director de mercados de Allianz Global Investors. “Desde un punto de vista económico, las consecuencias de la invasión a Ucrania pueden resumirse de la si­guiente manera: a mayor inflación, menor crecimiento. Queda por ver hasta qué punto los principales bancos centrales van a aprovechar esta situación para llevar a cabo un ajuste estratégico”.

Guerra, inflación, menos crecimiento y ¿recesión?

Funcas ya admite que el escenario de guerra puede impactar sus previsiones de crecimiento este año para la economía española, que eran de un 5,6 por ciento. En cambio, ha elevado en dos puntos (hasta el 6,5 por ciento) las estimaciones de precios para el próximo año.

“Una inflación más elevada erosionaría la capacidad de compra de los hogares y por tanto restaría fuelle a la recuperación del consumo privado, con una incidencia muy importante en el crecimiento. También afectaría a las exportaciones hacia países como Alemania, aún más expuestos que el nuestro a los recortes de suministro de gas ruso. Todo ello sin contar el previsible deterioro de la confianza, factor clave de la inversión empresarial, o el impacto sobre los tipos de interés y las primas de riesgo”, señalan.

Pero otra consecuencia devastadora, señala José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, sería la “pérdida de poder adqusitivo: un empeoramiento de las las condiciones de vida para el conjunto de países europeos”, que terminaría repercutiendo en el consumo y en la actividad económica.

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La recesión podría ocurrir en la economía alemana, pone como ejemplo Bernal, que ya estaba muy tocada antes de la invasión rusa. Precisamente, el Bundesbank -el banco central de Alemania- había anunciado que la economía germana podría entrar en recesión en el primer trimestre de 2022.

Según el organismo, la ola de variante ómicron que todavía azota al país, sería la principal causa de esta ralentización. No sólo por las restricciones del sector servicios, sino también por la pérdida de trabajadores que afectarían de manera negativa a la producción.

Pero Javier de la Nava, profesor de macroeconomía de Udima, no descarta que se dé finalmente un escenario de contracción económica, pero primero habría que pasar por el de estanflación.

Se despierta el fantasma de la estanflación

El problema, señalan, los expertos es que la economía europea salía debilitada tras dos años de pandemia. La guerra, que no será corta (cree) Bernal lo que hará será estancar esta recuperación.

“En el terreno económico las sanciones y la dependencia del gas ruso restarán actividad económica”, también pondrá en peligro las importaciones y exportaciones ya que habrá que buscar regiones alternativas.

Como consecuencia, diferentes miembros del BCE han dejado la puerta abierta para que entre el fantasma de la estanflación. Tanto Mario Centeno como Oli Rehn se han referido a ello.

En relación con ello, Rehn ha destacado que la labor fundamental por parte del BCE será garantizar el crecimiento económico de Europa, buscar la mayor estabilidad posible de los precios y que impere la liquidez en los mercados

Corrales habla de crecimientos entre el 2 y el 4 por ciento para España, muy por debajo de las estimaciones, que podrían retrasar la recuperación de los niveles covid hasta 2024 o más allá.

¿La subida de tipos en entredicho?

Bernal cree que esta inflación es difícilmente controlable por el BCE. Además, se produce en un momento en el que la institución iba a retirar los programas de compra de acciones, lo que “hará que se tomen las decisiones con mucha cautela”, señala Bernal que advierte que “una subida de tipos podría ser otro palo en la rueda del crecimiento”.

Para los Estados Unidos, la interpretación es parecida, aunque su economía sufrirá menor. “No preveo cinco subidas de tipos como calculaba el mercado, más bien dos, la primera de 0,25 por ciento y que sirva de maquillaje”, concluye Bernal.

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