Fabricantes de coches, bajo la sombra de la sospecha

Algunos analistas recomiendan mantenerse alejado de cualquier cosa que huela a autos, mientras que otros creen que las caídas han dejado oportunidades de entrada.

Una sombra de duda sobrevuela a los fabricantes de coches europeos desde que estalló el escándalo de las emisiones en Volkswagen. Una sospecha que no ha hecho más que agravarse en las últimas semanas desde que se confirmó que el Gobierno francés había registrado las oficinas de Renault en el marco de las investigaciones por este caso y se conocieron también las denuncias a Fiat por presionar a los concesionarios para inflar las ventas. Una nueva oleada de ventas sacudió al sector sin discriminación. En este contexto, ¿conviene mantenerse alejado de todo lo que huela a motor o es preferible aprovechar las caídas para entrar en algún valor?

A juzgar por las consultas que hemos realizado, no existe consenso entre los expertos. En JP Morgan, por ejemplo, están «felices» de tener Renault en cartera, una de sus apuestas clave en renta variable europea junto al otro gran fabricante de automóviles francés, Peugeot. «Nosotros creemos a los gestores de Renault cuando dicen que no han hecho trampas y también el Gobierno francés ha asegurado que dicen la verdad. Además, Renault está ahora muy barata, a siete veces beneficios. No suele ocurrir con mucha frecuencia el poder comprar una compañía cíclica tan barata», asegura Jon Ingram, gestor del Europe Dynamic Fund. En su caso, prefiere Renault y Peugeot a los fabricantes de coches alemanes porque tienen mayor proporción de sus ventas en Europa y menor exposición a China. 

Sin embargo, muchos analistas ven con prudencia al sector en el corto plazo. Uno de ellos es Prem Thapar, director de inversiones de Lombard Odier, quien recomienda «mantenerse al margen de estas compañías, pese a las atractivas valoraciones». Al menos, por el momento, pues «la situación actual del sector es de elevada incertidumbre, al no conocer qué compañías pueden estar implicadas en el escándalo ni el alcance que pueden tener las sanciones». 

Y es que, a su juicio, «las implicaciones del escándalo de Volkswagen son ilimitadas» y conducirán a un endurecimiento «de los controles de emisiones de los automóviles hasta el punto de que, en última instancia, puede ponerse en entredicho la utilización de motores diésel de una forma tan generalizada como actualmente ocurre en Europa». 

Ante esta situación, las compañías del sector van a seguir estando muy «sensibles» a cualquier noticia relativa a los controles de emisiones de los vehículos, según este experto.

Lo mismo opinan en Bankinter, donde están fuera de todo el sector de autos para evitar el castigo indiscriminado que están sufriendo todas las empresas sin distinción, debido al chorro de noticias negativas por el escándalo de las emisiones y también por su exposición a China, el principal mercado mundial de matriculaciones, que actualmente está mostrando signos de desaceleración económica, según explica la analista Esther Gutiérrez de la Torre. Aun así, en Bankinter han hecho una excepción con el fabricante alemán Daimler, un valor que les gusta «porque lo sigue haciendo muy bien en ventas, incluso en China». En todo caso, su exposición al valor es limitada, del 3 por ciento, «por un tema de prudencia» ante la situación actual.

Daimler también es un valor visto con buenos ojos por Victoria Torre, de Selfbank, quien destaca que la cotizada tiene un 35 por ciento de potencial alcista.

«Está claro que el mercado está penalizando las dudas que existen y que la cotización de algunas compañías ha quedado atractiva tras el castigo. Si empieza a limpiarse la imagen del sector y las perspectivas económicas no empeoran, algunas compañías podrían ser interesantes. Es el caso de Daimler», relata Torre.

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Y es que los analistas explican que las perspectivas del sector no son malas en el medio-largo plazo.

«El bajo precio del crudo, los tipos de interés en mínimos históricos y la antigüedad del parque automovilístico deberían favorecer al sector, una vez que se aclaren las dudas recientes sobre las emisiones de algunas marcas», dice Thapar, quien resta importancia al efecto que una desaceleración económica en China pudiera tener.
«La situación de China no es un tema preocupante en el corto plazo, ya que el proceso para equilibrar el peso del sector manufacturero y el del sector servicios en la economía no está afectando a las ventas de automóviles en China. Las ventas minoristas siguen creciendo a tasas superiores al 10 por ciento. No cabe duda de que una crisis de crédito en China afectaría negativamente al sector, pero ese no es nuestro escenario central», lanza.

Entonces, ¿qué haría falta para que se despejen las dudas que castigan al sector y los inversores empiecen a cribar entre las diferentes compañías? Gutiérrez de la Torre opina que, para que eso ocurra, sería preciso conocer las nuevas exigencias que van a aprobar las autoridades en cuanto a emisiones; confirmar el alcance real del caso en cuanto a marcas y vehículos afectados (así como las multas que va a ser preciso hacer frente) y cerciorase de que la ralentización de China responde a un aterrizaje suave de su economía.

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Los fabricantes de componentes

En todo caso y más allá de los fabricantes de coches, Esther Gutiérrez de la Torre explica que otra opción de inversión con buenas perspectivas son las compañías de componentes de automoción como Cie Automotive.

A Gutiérrez de la Torre le gusta Cie porque es una empresa que está realizando la entrada en Asia por India en lugar de China, porque tiene «una cartera muy diversificada de clientes» y por «una exposición a los motores de diésel muy baja», pues «sólo tiene una pieza exclusiva para motor de diesel».

«En Cie sí que estamos más positivos. En resultados lo está haciendo muy bien y estamos esperando a que publique un nuevo plan estratégico. Tenía uno hasta 2017 pero se ha adelantado en casi todos los puntos con bastante adelanto», cuenta.

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