Europa plantea medidas para estrechar el control sobre las ventas en corto en Bolsa

El supervisor quiere limitar el uso de derivados para esquivar sus vetos

Europa se ha propuesto estrechar el cerco sobre las posiciones cortas en Bolsa. No para prohibir este tipo de inversión a corto plazo y especulativa, sino para aumentar su transparencia. La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés), que viene a ser la CNMV europea, acaba de presentar una batería de medidas que incluye desde ampliar el alcance del veto cuando se prohíben estas operaciones sobre una determinada compañía o Bolsa, como sucedió en España con Liberbank, hasta crear una registro único y centralizado a nivel comunitario de qué inversores tienen posiciones cortas en cada compañía.

Así figura en el documento de consejo técnico de 128 páginas entregado hace escasas semanas por ESMA a la Comisión Europea, que a principios de 2017 encargó al supervisor bursátil comunitario evaluar medidas a tomar para aumentar la transparencia y vigilancia sobre las ventas y posiciones cortas. Al cierre del pasado junio, según datos de ESMA, existían posiciones cortas sobre una media diaria del 2,2% de las acciones cotizadas europeas y sobre casi 130.000 millones de euros en deuda soberana.

Las ventas en corto son una práctica llevada cabo fundamentalmente por «hedge funds» por la cual estos piden prestadas a un tercero acciones de una compañía y las venden a otros confiando en que su precio bajará. Finalizado ese periodo, y si su pronóstico se ha cumplido, el fondo de inversión recomprará esos títulos a un precio mucho menor. Lo que se embolsa es la diferencia. Esto, por tanto, puede hacer tumbar el valor en Bolsa de una compañía.

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