El nivel cultural y la edad justifican una mayor aversión al riesgo

Hace unos días les contaba que los niños nacidos en época de crisis tienden de mayores a tener una mayor[…]

Hace unos días les contaba que los niños nacidos en época de crisis tienden de mayores a tener una mayor aversión al riesgo y, por tanto, a ser inversores más prudentes. Pues bien, hay también un estudio, pero realizado en España por los profesores Antonio Mora, de la Universidad Internacional de Cataluña, y Josep-Oriol Escardíbul, profesor de economía y empresa de la Universidad de Barcelona, en el que se valoran los efectos de la edad y la educación en la aversión al riesgo.

Según este estudio, los inversores más jóvenes y los de mayor edad tienen una mayor aversión al riesgo. El nivel máximo de no aversión se situaba en el tramo de 50-59 años y se justificaba porque, respecto a los más jóvenes, los de mediana edad tienen más riqueza, información y experiencia en gestionar sus finanzas, factores que facilitan su entrada en el mercado financiero. Respecto a los más mayores, las personas de edad media aún no se encuentran en situación de reducción de la riqueza, lo que puede obligarles a liquidar activos o a ceder parte del patrimonio a los descendientes.

En lo que respecta a la educación, los profesores constataron que reduce la aversión al riesgo por su efecto sobre la eficiencia en el consumo, de modo que los individuos con mayor nivel educativo tienen un mayor acceso a la información de los mercados y una mayor facilidad de entendimiento. De hecho, a partir de cierto nivel de renta todos los inversores presentan menor aversión al riesgo, algo que ocurre en todos los niveles de renta de aquellos que tienen estudios universitarios. En este sentido, los expertos concluyen que podría prestarse mayor atención a los individuos con menor nivel educativo si se desea una mayor participación en el mercado financiero. El estudio no lo dice, pero en muchos casos, las personas de rentas más altas, suelen dejar la gestión en manos de expertos que toman las decisiones por ellos.

En cualquier caso, no son pocos los expertos que apuntan en esa dirección: la pasada crisis ha servido -si no para aumentar nuestra cultura financiera- sí para incrementar nuestra percepción del riesgo y para romper algunos mitos como el de que el ladrillo siempre sube y es la mejor inversión. Pero la conclusión más clara de todo esto es otra: en realidad, la moraleja es que la cultura financiera de los españoles no habría subido mucho los últimos años cuando vemos en Inverco que la mayoría de nuestras inversiones están todavía en activos de renta fija.

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