Claves para operar con CFDs en el Forex

El mercado de divisas es el más líquido y grande del mundo, y uno de los que más ha crecido[…]

El mercado de divisas es el más líquido y grande del mundo, y uno de los que más ha crecido en los últimos años. En la actualidad, el volumen estimado de este mercado es superior a los 5 billones de euros al día. Carece de localización física y no interviene ninguna cámara de compensación; además, existe un protagonismo muy claro del mercado interbancario, que acapara la mayor parte de las transacciones.

Siempre que se habla del mercado de divisas, o FX, en realidad hablamos de la relación cambiara relativa a dos divisas distintas. En el mercado físico, no podemos comprar una divisa en términos absolutos, si no que intercambiaremos nuestra divisa nacional por otra, en función del tipo de cambio entre ambas. A nivel financiero, nos posicionaremos en el tipo de cambio relativo al par de divisas.

Así, si el euro/dólar (EUR/USD) cotiza en 1,0950, significa que necesitamos la cantidad que establece esa cifra (1,0950) de la segunda divisa del par (USD) para adquirir una unidad de la primera (EUR). Si pensamos que el euro se va a apreciar frente al dólar, compraremos el par en 1,0950. Si pensamos que la divisa europea se va a depreciar frente al billete verde, venderemos el par.

Normalmente, al mercado de divisas se accede con apalancamiento, a través de productos financieros como los CFDs. De esta forma, se pueden tomar posiciones en el tipo de cambio de dos divisas con inversiones muy bajas, de apenas 50 euros. La inversión o especulación en divisas cuenta con grandes ventajas, que han contribuido a favorecer el desarrollo de este mercado. Estamos ante un mercado que cotiza 24 horas al día, que cuenta con una altísima liquidez y volumen, y en el que la inversión a través de CFDs es muy sencilla y extremadamente competitiva en cuanto a comisiones.

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Pero sobre todo, lo más interesante de este mercado reside en los fundamentos que estructuran los movimientos de las divisas, que están sujetos a un menor número de variables que la renta variable, por lo que son más previsibles en el largo plazo.

Básicamente, existen cuatro factores principales que impactan en el movimiento de un par de divisas en el medio y largo plazo (en el corto plazo, siempre habrá un mayor margen para fluctuaciones más alejadas de los fundamentos).

1. La política monetaria de los Bancos Centrales. Principalmente, de los dos bancos centrales de las dos divisas del par. Por ejemplo, en el caso del EUR/USD, las acciones anunciadas por el BCE o por la FED constituyen el principal catalizador de los movimientos del par. Aunque en divisas menos importantes, también se aprecia una gran dependencia de los movimientos de Bancos Centrales terceros. Este factor se ha visto incrementado en los últimos años a través de la llamada 'Guerra de Divisas', en la que el tipo de cambio se ha convertido en uno de los objetivos principales de muchos Bancos Centrales.

El gráfico superior recoge el cambio de tendencia del euro/yen tras la entrada de Shinzo Abe en el gobierno. El gráfico inferior recoge la barrera de 1,2 que el Banco de Suiza establecía en el euro/franco hasta enero de 2015.

2. Las estructuras económicas de las dos regiones a las que se circunscriben las dos divisas del par. Este es el argumento puramente económico por defecto, que en el mercado de divisas tiene una ponderación mucho mayor que en otros mercados, como el de renta variable. Por ejemplo: los datos macroeconómicos tendrán un efecto en la divisa mucho más racional y directo.

3. Los flujos monetarios. Hay que tener en cuenta las compras y ventas de productos, inversiones y desinversiones, y las entradas y salidas de capitales que se realizan en una divisa. Por ejemplo, en los últimos años se ha detectado una clara salida de capitales de países emergentes, lo que está contribuyendo a depreciar su divisa. Probablemente, este factor tenga algo menos de importancia que los otros dos.

El gráfico recoge el cruce del euro frente a la corona noruega en el periodo 2009-2013, durante la peor parte de la crisis, con los dos bancos centrales haciendo una política monetaria parecida.

Estos tres factores están bastante correlaciones entre sí, y se suelen mover en paralelo. Un país que disfrute de buenas previsiones de crecimiento, atraerá capitales y su banco central se verá motivado a controlar la posible inflación, siguiendo una política monetaria restrictiva, con subidas de tipos de interés.

El cuarto factor que tiene una gran influencia en el movimiento de las divisas es algo más extraño, pero que puede convertirse en la principal razón que impulse el movimiento de una divisa en un momento determinado, que es la calidad de activo refugio de una divisa. 

Hay tres divisas con un claro valor refugio: el yen, el franco suizo y el dólar. Estas tres divisas por defecto, en momentos de dudas o pesimismo económico o financiero, pueden apreciarse claramente sin que medie ningún otro factor. En el lado opuesto, tenemos divisas muy cíclicas, como las ligadas a países dependientes de las materias primas, como el dólar australiano o neozelandés, que tendrán el comportamiento contrario. En los plazos más cortos, el mercado de divisas también alberga muchísimo trading, siendo también un mercado ideal para este tipo de especulación técnica. En definitiva, todo ahorrador que quiera participar en los mercados financieros hoy en día, debe reparar en este mercado.

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