¿Cabe esperar una recuperación de la deuda de los mercados emergentes en 2019?
Tras dos años de una rentabilidad estelar, 2018 ha sido un año difícil para la deuda de mercados emergentes anotándose[…]
Tras dos años de una rentabilidad estelar, 2018 ha sido un año difícil para la deuda de mercados emergentes anotándose rendimientos negativos todos los subsegmentos: deuda corporativa (-2,9%), deuda soberana en divisa fuerte (-6,5%) y divisa local (-8,3%) así como las divisas de países emergentes (-9,6%).
En 2019 podría no repetirse la lista de adversidades de 2018 (diferenciales de tipos de interés con respecto a EE. UU., fortaleza del dólar, guerra comercial, salidas de capital...), de modo que somos optimistas y también cautelosos en nuestras perspectivas para la deuda de mercados emergentes para el próximo año.
Los expertos de Candriam creen que la economía estadounidense va a seguir expandiéndose durante el primer semestre de 2019, y que se ralentizará durante el segundo semestre, a medida que se atenúen los efectos de los estímulos fiscales y los aranceles comerciales comiencen a hacer mella en la economía estadounidense. La Fed continuará posiblemente con su política de endurecimiento. Y es probable que el dólar estadounidense ceda parte de lo ganado en 2018 a medida que se acorte la divergencia entre el crecimiento estadounidense y el del resto del mundo.
En cuanto a la zona euro, el crecimiento de la zona euro se estabilizará o, por lo menos, no aumentará el deterioro de su diferencial con respecto al crecimiento estadounidense. Los riesgos aquí son mayoritariamente de orden político: resolución del brexit en marzo, planes fiscales de Italia a medio plazo, transición presidencial del BCE en el primer trimestre y finalmente las elecciones al parlamento europeo en mayo.
Sin embargo, Continuará la desaceleración del crecimiento en China, superando apenas el 6% en 2019 frente al 6,5% de 2018. Si Estados Unidos impone un 25% de aranceles aduaneros a todas las importaciones de China, (504 bn $ en 2017), el crecimiento chino se vería reducido en un 1% aproximadamente. No obstante, contamos por ahora con la tregua de Buenos Aires. Además, de ser necesario, el gobierno chino no dudará en llevar a cabo más medidas fiscales de apoyo.
Los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo, se van a estabilizar en torno a los niveles actuales y se preparan para una recuperación de 0-10% en 2019, debido a la demanda resultante de los estímulos fiscales chinos y el restablecimiento de restricciones de abastecimiento.
Las tensiones comerciales provocadas por la administración Trump son de difícil pronóstico en ausencia de una estrategia objetivo o de salida a largo plazo, si bien es posible que se reduzcan tras la pronunciada escalada en 2018.
En un entorno tan precario como el actual, los fundamentales de los mercados emergentes permanecen ampliamente estables. El crecimiento de los mismos se estabiliza en torno a su nivel de 2018, con una mayor dispersión entre Europa del Este/Central y Asia, que aminora la marcha, y Latinoamérica, que continua su recuperación. La inflación sigue siendo moderada debido a las brechas de producción y a las circunstancias desfavorables para el crecimiento. Los parámetros de sostenibilidad de la deuda de los mercados emergentes no plantean problemas de solvencia a corto plazo. Los niveles de deuda se han deteriorado desde la crisis financiera global, pero la deuda pública media de los mercados emergentes, del 51% del PIB, sigue siendo sustancialmente inferior al 100% del PIB homólogo para los mercados desarrollados. La deuda privada total de los mercados emergentes es elevada: en torno al 113% del PIB, pero, excluyendo China, la cifra se reduce sensiblmente hasta el 76% del PIB. En el caso de China y de su elevado nivel de deuda por parte del sector privado, se trata más bien de una cuestión de medio plazo que no va a resolverse en 2019.
También existen numerosos riesgos (los principales giran en torno al crecimiento EE. UU / China, a los tipos de interés en EE. UU. y a las perspectivas de las tensiones comerciales) y seguiremos observándolos de cerca.
La acumulación de adversidades para la deuda de mercados emergentes en 2018, impulsó las primas de riesgo tanto en divisa fuerte como local hasta colocarse en niveles atractivos.
En base a nuestras perspectivas moderadamente constructivas, pensamos que las valoraciones en divisa fuerte y local ofrecen puntos interesantes de entrada a la deuda de dichos países en ambas divisas mucho mejores que a finales de 2017; respaldadas por los análisis técnicos. En un horizonte temporal de un año, esperamos retornos medios de un dígito para la deuda tanto en divisa fuerte como local.