Así tributan las acciones en la declaración de la renta

Como los depósitos y las letras del Tesoro, las ganancias obtenidas mediante la inversión en acciones tributan según la base imponible del ahorro, que ha incrementado el gravamen en los tramos más altos esta campaña de la renta

Las acciones son una de las vías más habituales para canalizar la inversión de los minoristas. En concreto, el 4,4 por ciento de las familias españolas con activos financieros tiene acciones en cartera, según datos de Inverco de finales de 2023. En ese sentido, cobra especial interés conocer detalladamente cómo deben tributar estos títulos en la declaración de la renta y si hay novedades en la campaña de 2023

Lo primero que conviene saber es que las acciones tributan en la base imponible del ahorro con un trato de ganancia patrimonial. 

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No se necesita tributar por el valor total de los títulos en cartera, sino por el beneficio obtenido en su venta. 

“Es decir, si compras unas acciones a 20 euros y las vendes a 25 euros solo tendrás que tributar por esos cinco euros de beneficio. Y, únicamente, cuando realices la venta de esas acciones”, apuntan  los expertos fiscales de Renta 4. 

De cara al formulario de declaración, esta información debe aparecer en las casillas 326 y 338, según recuerdan desde Bankinter. 

Compensar ganancias y pérdidas en la declaración de la renta 

Pero, además, es preciso saber que esos beneficios se pueden compensar con las pérdidas sufridas en otras inversiones, siempre que tributen en la base imponible del ahorro (como los fondos de inversión, los ETF, las propias acciones o la venta de un inmueble, por ejemplo).  

En concreto, se pueden imputar pérdidas de los últimos cuatro años. Es decir, de hasta 2019. Y con un límite del 25 por ciento.

El espacio reservado para ello es entre las casillas 392 a 460, según informan los especialistas fiscales de Bankinter. 

En cambio, las minusvalías arrojadas por este capítulo no servirán para reducir los impuestos del trabajo, tal y como recuerdan desde Renta 4, “ya que los activos financieros tributan, salvo los planes de pensiones, según la base imponible del ahorro, mientras que los rendimientos del trabajo tributan según la base imponible general”. 

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También hay que saber que las normas antiabuso impiden que el contribuyente se impute una pérdida patrimonial derivada de la transmisión de acciones y luego vuelva a comprar esas mismas acciones dos meses después (un plazo que se amplía a un año en el caso de acciones no cotizadas). 

Cambian los tipos de tributación 

Las consideraciones anteriores no han cambiado respecto a anteriores campañas de la renta. Lo que sí se ha modificado en la edición de este año (relativa al ejercicio fiscal 2023) es la escala que se aplica al gravamen del ahorro, como sucede al declarar los depósitos, los dividendos y las letras del Tesoro

En concreto, ha subido la tributación en los tramos más altos de la base imponible del ahorro (específicamente, para aquellos contribuyentes que obtuvieron rentas del ahorro superiores a los 200.000 euros en 2023). 

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“Entre los 200.000 y los 300.000 euros, el tipo sube del 26 al 27 por ciento y, a partir de 300.000 euros, desde el 26 al 28 por ciento”, ha explicado Benja Anglés, profesor de la UOC.   

Estos cambios se han introducido para reducir la brecha de tributación existente entre los rendimientos del capital y los rendimientos del trabajo.  

En cambio, los contribuyentes que obtuvieran rentas del ahorro por debajo de los 200.000 euros no tienen nada que temer, pues los baremos de tributación del ahorro se quedan como están. 

Específicamente, los primeros 6.000 euros tributan al 19 por ciento; entre 6.001 y 50.000 euros lo hacen al 21 por ciento y entre de 50.001 y 200.000 euros, al 23 por ciento.   

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El tributo a pagar por estos rendimientos se computará al completo en la declaración de la renta, pues el retorno obtenido por la venta de acciones no tiene retención en España. 

Acciones extranjeras en la declaración de la renta

Finalmente, no hay que olvidar la tributación de las ganancias obtenidas mediante la venta de acciones extranjeras, pues los residentes fiscales en España deben declarar todas sus rentas en el IRPF, independientemente de su país de procedencia.  

A ese respecto, desde Renta 4 recuerdan que “no hay que rellenar ningún documento especial si estas acciones extranjeras se compraron a través de un banco o broker español”, lo que suele ser más habitual. 

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