UBER mantiene los niveles un mes después de su salida a bolsa

El modelo de negocio que propone UBER es revolucionario, pero los problemas regulatorios a los que se enfrenta y sus últimos resultados pueden lastrar su progreso en los mercados financieros.

El pasado 10 de mayo, UBER se estrenó en bolsa con una valoración inicial de 82.400 millones de dólares tras establecer el precio inicial en la franja inferior de la horquilla estimada prevista en 45 dólares/acción, la cual pronosticaba una posible salida a bolsa con una valoración inicial de la compañía de hasta 90.000 millones de dólares. Un mes después, pese a los altibajos bursátiles que ha protagonizado, ha logrado mantener los niveles de cotización iniciales tras cerrar el pasado viernes en los 44,92 dólares por acción.

Esta, es la segunda salida a bolsa en los Estados Unidos en lo que llevamos de año protagonizada por una compañía de alquiler de vehículos con conductor tras la salida a bolsa de Lyft durante el pasado mes de marzo, aunque en este caso, la valoración inicial del principal competidor de UBER fue de tan solo 24.000 millones de dólares. Aun así, este unicornio tecnológico ha protagonizado la salida a bolsa más grande en Wall Street de una empresa del sector desde la salida de Facebook en 2012 valorada en 104.000 millones de USD.

Esta salida a bolsa, viene precedida por un año no exento precisamente de polémicas en torno a esta compañía, ya que desde el pasado verano hemos venido sufriendo las diferentes guerras del Taxi, no solo en España, sino que se ha visto extendido también a diferentes países hispanoamericanos como México, Chile, Panamá, Argentina o Colombia. En estos países, los taxistas han protagonizado importantes huelgas para protestar por lo que consideran una competencia desleal, no solo en lo que se refiere a las tarifas establecidas cuando los usuarios adquieren los servicios de UBER, sino también en las diferencias en relación a los laxos requerimientos legales para obtener una licencia de VTC frente al coste de obtener una licencia de taxi (de hasta 155.000 euros en algunas ciudades españolas) junto con la obligatoriedad de obtener no solo un seguro a todo riesgo, sino también un seguro de responsabilidad civil de hasta 50 millones de euros.

Estas protestas en España se han prolongado durante meses, en los que se han ido tomado diferentes medidas restringiendo el servicio de esta compañía, llegando incluso a anunciar recientemente su salida de Valencia después de que el ayuntamiento de esta capital anunciase la nueva ley que regula los servicios de las VTC en las que establece 15 minutos de espera a la hora de contratar estos servicios, siguiendo el camino de Barcelona.

Recientemente, hemos conocido que UBER está siendo investigada por la agencia tributaria de varios países entre los que se encuentran Estados Unidos, México y Brasil, debido a unas posibles irregularidades fiscales, lo que puede suponer un impacto fiscal de 141 millones de dólares durante el próximo año, incrementando así sus dificultades financieras, ya que pese a tener unos ingresos cercanos a los 3.000 millones de dólares, el folleto de la salida inicial a bolsa de UBER reflejaba unas pérdidas netas de entre 1.000 y 1.100 millones de dólares a cierre primer trimestre del año, frente a los 3.748 millones de dólares que ganó durante el mismo periodo del pasado año 2018.

Tras un fuerte inicio bajista hasta llegar a cotizar en 36 dólares por acción el pasado 13 de mayo, técnicamente hablando, actualmente nos encontramos en un retroceso de la tendencia alcista que comenzó tras marcar estos mínimos, lo que ha llevado a esta acción a recuperar las pérdidas, realizando un nuevo máximo en 45,70 USD por acción, siendo su primer soporte el rango de 44,10/44,20 que coincide con su media móvil de 40 sesiones y el nivel de retroceso del 23.6% de Fibonacci. La pérdida de estos niveles de soporte, podría aumentar esta corrección actual hasta niveles más bajos.

Si bien es cierto que el modelo de negocio que propone UBER es revolucionario, con el potencial de transformar el modelo de transporte y de la logística con una buena aceptación entre los usuarios, los problemas regulatorios a los que se enfrenta y los últimos resultados económicos, pueden lastrar el progreso de esta compañía en los mercados financieros. 

Roberto Rojas es analista financiero de Admiral Markets UK Ltd. Sucursal en España

Publicidad
En portada

Noticias de