La pensión caerá un 10% para los que se jubilen dentro de diez años

Las pensiones que se cobrarán en el futuro serán más bajas que las actuales por efecto del factor de sostenibilidad[…]

Las pensiones que se cobrarán en el futuro serán más bajas que las actuales por efecto del factor de sostenibilidad y del índice de revalorización que se aprobaron en la última reforma y que modula la cuantía de la pensión en función de la esperanza de vida. Con la aplicación de las reformas aprobadas en 2011 y en 2013, la pensión máxima que ahora está en 2.561 euros mensuales bajará un 10% para quienes se jubilen dentro de diez años y se situará en 2.318 euros. 

La reducción es progresiva, por lo que la prestación máxima dentro de veinte años será casi un 15% menor dentro de veinte años y un 35% más baja dentro de cuarenta años, lo que afectaría a quienes comienzan a hora su vida laboral, según un estudio realizado por el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y Julián Díaz-Saavedra, de la Universidad de Granada. Este informe sobre 'El futuro de las pensiones españolas' realiza las proyecciones teniendo en cuenta una inflación media en el periodo del 2% y un crecimiento medio del PIB del 2%. Si el recorte es significativo en la pensión máxima, es mucho más llamativo en las pensiones mínimas, que se verían reducidas a 574,5 euros en 2025, 482 euros en 2045 y 382 euros en 2075 (en euros de 2015) suponiendo que los Gobiernos no pusieran límites a la reducción que el nuevo sistema conlleva.

A juicio de Díaz-Giménez, el sistema de pensiones español encierra otros problemas como su regresividad debido a que tiene unos tipos de cotización muy elevados y unos topes muy bajos. «En españa, el mayor esfuerzo de cotización recae sobre las rentas medias», explica el profesor del IESE. Los trabajadores del régimen general que ganan menos del máximo de cobertura -41.108 euros anuales en 2015- cotizan un 28,3% de sus salarios brutos y, a partir de esa cantidad, los tipos medios de cotización son decrecientes. Los que ganan 100.000 euros sólo cotizan un 11,6% de su sueldo y para ingresos brutos de 200.000 euros, el tipo efectivo es del 5,8% (el tipo nominal de cotización a la Seguridad Social sigue siendo el 28,3%, pero como sólo se aplica hasta el tope de los 41.108 euros, el porcentaje que representa la contribución a la Seguridad Social sobre el total salarial es inferior). 

En Suecia, los tipos del sistema de reparto son más bajos -alrededor del 16%- pero las bases de cotización están destopadas. El sistema español es especialmente gravoso para las rentas laborales medias -sobre todo las comprendidas entre 40.000 y 50.000 euros- según Díaz-Giménez, mientras que es rentable para las rentas muy bajas y, especialmente, para los que cotizan el periodo mínimo de 15 años. En su análisis, el elevado tipo de cotización del sistema español, el bajo tope de su base imponible y las reglas de cálculo de las pensiones, especialmente las mínimas, hace que ofrezca rentabilidades bajas a las rentas laborales medias y carreras largas de cotización, mientras que las carreras cortas de cotización y las rentas bajas obtienen una rentabilidad mayor por lo aportado. Además, el ahorro forzoso impuesto es insuficiente para las rentas altas. Por ello, este profesor defiende reformar la contributividad al sistema, destopar las bases de cotización y avanzar hacia un sistema mixto que complemente el sistema de reparto con un sistema de ahorro obligatorio capitalizado, como en Suecia

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