La búho Lagarde mediará entre halcones y palomas y abrirá una nueva etapa

La presidenta del BCE prevé que para 2020 la inflación de los precios al consumo de la zona euro tienda de nuevo hacia el 1,6% (1,7% en cuarto trimestre de 2022). Aunque supone una mejora, sigue lejos de los objetivos.

La rueda de prensa de Christien Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo generó muchas expectativas entre el mercado y economistas, que se encargó de despejar. Lagarde, ex presidenta del FMI, se presentó optimista en cuanto a las previsiones, pidió que no se analizaran sus intervenciones y se calificó a ella misma como un búho: el animal que representa a la sabiduría, dejando claro que escuchará tanto a palomas como halcones. 

Su intervención comenzó con nuevas previsiones tanto de PIB como de inflación. Para 2020, se prevé que la inflación de los precios al consumo de la zona euro tienda de nuevo hacia el 1,6% (1,7% en cuarto trimestre de 2022). Aunque supone una mejora, sigue lejos de los objetivos. Entretanto, las revisiones del crecimiento son moderadas y la nueva previsión para 2020 se sitúa en el 1,4%.

Esta coyuntura menos pesimista se podría describir muy bien con lo que Lagarde llamó "riesgos orientados a la baja, pero algo menos pronunciados" y debería darle más tiempo para amoldarse a sus nuevas funciones, aunque no podrá acomodarse mucho: el Consejo de Gobierno rara vez había estado tan dividido y el BCE se encuentra con que posee poca voluntad y menos herramientas para hacer más en caso de que la economía vuelva a dar muestras de debilidad, insiste Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity. 

Por otro lado, al no haber anunciado cambios mantiene la línea continuista de su antecesor, Mario Draghi, aunque su perfil político se reflejó al asegurar que tendría en cuenta la opinión de todos. En ese sentido, se anunció formalmente ayer, será analizado con lupa la estrategia del BCE. Esta revisión "amplia" se desarrollará a lo largo de 2020 y aunque carece de un marco concreto en estos momentos, permitirá a Lagarde dejar su sello en el BCE. También permitirá evaluar los efectos secundarios negativos de las políticas monetarias ejecutadas hasta ahora. Una posibilidad es revisar el objetivo de inflación del BCE, para que se sitúe próximo al 2%, lo que haría más factible un cambio en la política monetaria puesto que en 2022 rondaría el 1,7%. "Esperamos una nueva especificación del objetivo de inflación (desde "por debajo pero cerca del 2%, a simplemente "2%"), así como un nuevo impulso de la caja de herramientas del BCE. En general creemos que la inflación seguirá estando por debajo del objetivo actual o del nuevo objetivo", confirma Paul Diggle, Senior Economist de Aberdeen Standard Investments Research Institute.

Por otro lado ha mostrado más cautela ante las consecuencias negativas de los tipos negativos: Lagarde fue preguntada varias veces durante la rueda de prensa sobre sus posibles efectos secundarios. Sus respuestas confirmaron las sospechas del mercado de que es más cautelosa de lo que Draghi nunca estuvo en el lado negativo de una política monetaria muy laxa. Sin embargo, Lagarde tenía claro que la política no ha alcanzado un "ritmo de reversión".

Por su parte, Konstantin Veit, analista de PIMCO, cree que la escasa reacción de los mercados durante y después de la rueda de prensa evidencia un debut exitoso como presidenta del BCE. "Si bien consideramos que es prematuro extraer conclusiones firmes sobre su visión de la política monetaria y en el enfoque de comunicación de que adoptará, los primeros indicios sugieren que su objetivo es representar el centro del Consejo de Gobierno y adoptar un estilo de liderazgo más amplio, impulsado por el consenso, abriendo el espacio para debates y acuerdos sin enfrentamientos frontales en las reuniones de política monetaria".

En portada

Noticias de