'Brexit': arranca la madre de todas las negociaciones
Cuando se habla de 'brexit' en la capital comunitaria, «caótico» es el adjetivo que dominaba todas las conversaciones. La desconfianza por parte de la UE marca el inicio de un proceso que termina el 29 de marzo de 2019 con la salida de Reino Unido.
Por fin llegó el día. El 'brexit' sigue quedando etapas y hoy, como estaba previsto y entre un mar de dudas y grandes dosis de escepticismo, comenzará la madre de todas las negociaciones políticas y diplomáticas. El tictac comenzó el 29 de marzo pasado por orden de Londres y dejará de sonar el 29 de 2019. Entonces, cuando se formalice la histórica salida de Reino Unido, la Unión Europea se escribirá a 27. Por primera vez, el club de clubes abrirá la puerta de salida para dejar marchar a uno de sus grandes socios. Tan importante, eso sí, como problemático, de ahí que muchos hayan recibido esta noticia como un «desahogo» y un espaldarazo para diseñar una UE diferente, más integrante y ambiciosa..
La pistoletazo de salida se dará en la sede del Ejecutivo comunitario y estará presidida por los grandes referentes políticos de ambos bloques: Michel Barnier, por parte europea, y David Davis, por la británica. Además de este primer encuentro político para negociar cómo se negocia, está previsto que haya otro entre los coordinadores técnicos: Sabine Weyand (UE) y Olly Robbins (Reino Unido). La jornada comenzará a las 11 de la mañana y concluirá a las seis de la tarde con una rueda de prensa conjunta. Ojo, no sólo se hablará en inglés, también en francés, lengua materna de Barnier y nuevo idioma simbólico de la futura UE a 27.
Cuando se habla de 'brexit' en la capital comunitaria, «caótico» es el adjetivo que dominaba todas las conversaciones. Así ha sido siempre pero aún más después de las elecciones británicas, donde Theresa May sufrió un severo correctivo pese a hacerse con la victoria. Las convocó para arrasar y erigirse en la nueva 'Dama de Hierro' y al final, en Bruselas sólo ven una líder de hojalata cuya minoría complicará todo sobremanera.
«Es increíble como una generación de personas, una clase política nefasta, puede acabar en sólo cinco años con la imagen y la trayectoria de un país como Reino Unido. Es increíble», lamentan fuentes comunitarias conocedoras de los muchos tejemanejes vividos desde que el 23 de junio de 2016 se celebró el referéndum que entronizó el 'brexit'. «Después de todo un año, siguen ponerse de acuerdo entre ellos mismo sobre qué es lo que quieren. Vale negociamos. ¿Pero el qué? Continúan sin darse cuenta en dónde se han metido, lo complejo del tema y su gravedad», recalca.
Ambiente enrarecido
Hay dos grandes incógnitas pendientes. La primera, el tiempo. Todo debe estar extremadamente tasado porque el reloj no puede detenerse. «No hay tiempo que perder», insisten una y otra vez desde la Comisión y el Consejo. El objetivo es que el principio de acuerdo esté cerrado en torno a octubre de 2018 para que los países y el Parlamento Europeo puedan dar su plácet antes del 29 de marzo del siguiente año. Es la fecha límite. A las 00.00 y un segundo del 30 de marzo de 2019 se producirá la desconexión total de Reino Unido.
Conocidas las estrecheces temporales, la clave son los temas a tratar. La primera fase es formalizar el divorcio. Quién se queda con la casa y a cargo de los hijos. Punto. Cerrar una etapa de la manera más digna posible. Londres, sin embargo, siempre ha querido que esta discusión fuese en paralelo a la negociación sobre la futura relación comercial entre ambos bloques, pero la UE ha dicho que ni hablar. Así que toca hablar del divorcio y, en concreto, de dos temas esenciales: derechos de las personas afectadas y factura británica.
En el primer caso y siempre que la lógica se imponga, no debería haber mayores problemas para garantizar los derechos adquiridos y el tratamientos que recibirán los 3,2 millones de europeos que residen en Reino Unido y los 1,3 millones de británicos que lo hacen en alguno de los otros 27 países del bloque.
El gran caballo de batalla será, sin embargo, la factura que Londres deberá pagar por su espantada. En una reciente reunión mantenida con los embajadores de los 27 ante la UE, la Comisión cifró en 99.600 millones euros el dinero que tendrán que avalar los compromisos financieros y los pasivos contingentes que ya tenían asumidos en diferentes marcos plurianuales. En términos neto, la cifra descendería hasta 60.200.
«Esto no es un club de golf que lo dejas cuando quieres vendiendo tu acción», espetó el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, a Theresa May durante la abrupta cena que mantuvieron hace un par de meses en Downing Street.
Si como muchos diplomáticos temen, la negociación salta por los aires antes del otoño, lo hará por esto, por el dinero. Está por ver qué actitud mostrará la 'nueva' May ya que durante la campaña electoral hizo suyo el argumento del eurófobo Nigel Farage y sugirió que incluso era la UE la que debía pagar a Reino Unido por conceptos como las propiedad cuya cotitularidad van a perder. Esto ya es pasado. Ha llegado el día 'D' del 'brexit'. El futuro comienza a escribirse hoy en Bruselas.