La brecha entre la pensión contributiva más alta y la más baja se agranda hasta los 1.600€

La pensión contributiva más alta que se abona en España es de 2.446€ al mes. La más baja corresponde a los autónomos, con una media de 835€. Los nuevos datos sitúan la brecha en más de 1.600€

El gasto en pensiones contributivas no para de crecer y ya se sitúa en el 11,8 por ciento del producto interior bruto. Así, la última nómina pagada en julio alcanzó los 10.845,9 millones de euros, que fueron destinados a más de nueve millones de pensionistas.

Pero esta cuantía no se reparte equitativamente entre los jubilados, y la brecha que separa a los que más cobran de los que menos reciben se agranda dependiendo del tipo de régimen de la Seguridad Social al que estén adscritos.

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A la cabeza de las prestaciones se sitúan los mineros del carbón, que cobran una pensión media de 2.446,3 euros mensuales, mientras que los trabajadores autónomos ocupan el último escalafón con 835,4 euros de media.

Esto supone una diferencia de 1.611 euros entre los que más y los que menos cobran.

Una brecha considerable si se tiene en cuenta que la pensión media de jubilación del sistema es de 1.255 euros y la pensión media de viudedad es de 779,1 euros al mes.

A más riesgo, más pensión

Las elevadas pensiones que reciben los mineros frente a las de otros jubilados se debe a que pertenecen a un régimen especial de la Seguridad Social, el de la Minería del Carbón.

Integra a retirados que han desempeñado profesiones consideradas de “naturaleza excepcionalmente penosa, peligrosa, tóxica o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad o mortalidad”, a los que se les reconoce una mayor pensión.

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Además, les permite jubilarse anticipadamente, con un límite que nunca podrá ser inferior a los 52 años.

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Las pensiones más generosas

Estas prestaciones, que rozan los 2.500 euros, reflejan la generosidad de las pensiones en España frente a las que se otorgan en otros países de la Unión Europea, reconocen los expertos.

Según los últimos datos de la OCDE, la tasa de sustitución en nuestro país -porcentaje que supone la pensión de jubilación sobre el último sueldo percibido en la etapa laboral- alcanzó en 2021 el 80,1 por ciento.

Una cifra muy alta comparada con la media del 62 por ciento del total de países que conforman la OCDE o la del 54 por ciento de los países de la Unión Europea.

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Esta tasa de sustitución tan elevada contrasta con el déficit que arrastra la Seguridad Social, que en 2021 alcanzó los 11.192 millones de euros, lo que equivale al 0,93 por ciento del PIB y supone un desequilibrio para el sistema público de pensiones.

"En términos de suficiencia, las pensiones españolas son de las más generosas de Europa. En cambio, en términos de sostenibilidad, el sistema necesita equilibrio, porque los ingresos no llegan para cubrir los gastos de las pensiones", advierte Mercedes Ayuso, catedrática de la Universidad de Barcelona y miembro del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones.

La prodigalidad de las pensiones máximas en España hace que la diferencia entre ellas y el salario mínimo, 1.000 euros mensuales, se acerque al 60 por ciento.

Mejores augurios para los autónomos

El oscuro futuro que hasta ahora se vislumbraba sobre las pensiones de los autónomos puede aclarase tras aprobarse el nuevo sistema de cotización de los trabajadores por cuenta propia basado en los ingresos reales, lo que les posibilitará obtener pensiones más altas.

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Hasta ahora son los que menos pensión reciben debido a que el 87 por ciento de ellos han cotizado a la Seguridad Social en las bases mínimas.

El nuevo sistema de cotización se basa en una serie de tramos que se implantarán progresivamente entre 2023 y 2025 y se revisarán cada tres años hasta que en 2032 se implante un sistema definitivo.

De 2023 a 2025, el trabajador por cuenta propia podrá cotizar por una base comprendida entre la que le corresponda y la base máxima del sistema.

En 2023, las cuotas oscilarán entre los 230 euros que pagarán los autónomos con rendimientos inferiores a 670 euros y los 500 euros que pagarán los trabajadores por cuenta propia con rendimientos superiores a 6.000 euros.

Otro de los beneficios que generará el nuevo sistema a los autónomos es que podrán desgravarse un 10 por ciento de las aportaciones a su plan de pensiones en el IRPF.

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