La escisión de Naturgy contamina sus bonos

Las agencias de calificación crediticia muestran sus dudas ante la decisión de Naturgy de dividirse en dos compañías

Naturgy ha entrado en una preocupante espiral destructiva tras el anuncio de su escisión en dos compañías. Las dudas del mercado sobre el futuro del grupo energético una vez consume su propuesta de bicefalia han alcanzado también a sus bonos de deuda.

Tanto S&P como Moody's y Fitch, las tres principales agencias de calificación crediticia del sistema financiero, han emitido veredictos sobre la decisión anunciada por Francisco Reynés el pasado 10 de febrero. Y ninguna está muy convencida del movimiento.

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La deuda neta de Naturgy a fecha del 31 de diciembre de 2021, anunciada durante la presentación de resultados de la compañía, se situó en 12.831 millones de euros, lo que supone una reducción de la misma del 5,7 por ciento respecto al año anterior que la empresa atribuyó a factores como la venta de su filial de redes eléctricas en Chile, y los cobros en efectivo derivados del acuerdo de salida de UFG.

La compañía energética cotizada en el IBEX 35, no obstante, sigue contando con un apalancamiento significativo, en el que sus instrumentos de renta fija ocupan un papel relevante. El problema son las dudas mostradas por las agencias de calificación ante los planes de fraccionamiento empresarial esbozados durante el mes de febrero

Los cambios de dirección penalizan a Naturgy

Al analizar la intención de Naturgy de dividirse en dos grupos, — uno que lleve todas las operaciones de la red eléctrica y de gas de España y Latinoamérica, llamado NetworksCo, y un segundo grupo que incluya el gas natural internacional, la generación térmica, el suministro y las renovables, llamado MarketsCo —, Standard & Poor's realiza la siguiente observación:

"Este es el tercer cambio significativo en la estrategia de Naturgy en los últimos 18 meses, lo que creemos que apunta a una gobernanza inferior a la media y a un enfoque agresivo de los accionistas".

Además de poner en duda la gestión de la compañía, S&P apunta que la posibilidad de que Naturgy divida sus esfuerzos "también aumenta la incertidumbre sobre la capacidad de la empresa para implementar su plan estratégico 2021-2025".

En este contexto, la agencia de calificación crediticia argumenta que, a pesar de que espera obtener más detalles sobre la operación en los próximos meses, y al hecho de que Naturgy "se ha comprometido públicamente a mantener una calificación de grado de inversión", va a seguir muy de cerca el desarrollo de este proceso antes de emitir un veredicto definitivo.

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En su opinión, sin embargo, "la transacción propuesta añade riesgo a la baja para los acreedores, dependiendo especialmente de la asignación real de deuda por entidad y de las futuras políticas de apalancamiento y financieras".

Por ello, la agencia estadounidense ha colocado a la empresa española en Credit Watch con implicaciones negativas, un estatus que indica los riesgos a la baja de la calificación hasta que se pueda evaluar "el potencial de apalancamiento adicional de la compañía, las futuras inversiones y políticas, así como, en particular, el mayor riesgo empresarial de MarketCo".

Naturgy parte de una posición de crédito débil

"Naturgy está débilmente posicionada en la categoría de rating 'BBB', ya que depende de un apoyo crediticio adicional para compensar el alto apalancamiento en 2023-2024," explica Fitch en su informe sobre la decisión de Naturgy.

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El rating BBB de Fitch se sitúa dos escalones por encima de las calificaciones especulativas para los bonos, una posición en la que la compañía dirigida por Francisco Reynés logró asentarse, en parte, gracias a las expectativas de la agencia de que Naturgy "aplicaría medidas adicionales de protección crediticia en 2023 y 2024 para mitigar el impacto de un pico de inversión en renovables".

Ahora, esta posición queda en entredicho hasta que Naturgy aclare cómo distribuirá el patrimonio y deuda de sus dos nuevas empresas, poniendo en alerta a una agencia que considera que el perfil de deuda de la empresa puede verse afectado por el movimiento.

El análisis preliminar de Fitch, por tanto, dibuja la hipótesis de una asignación inicial de la deuda neta que se reparta en un 70 por ciento para Networks Co y en un 30 por ciento para Markets Co.

Este reparto permitiría a ambas empresas mantener su rating "BBB", señala Fitch, que advierte de que Markets Co "tiene el perfil de negocio más débil", al incluir actividades "estructuralmente volátiles" que le permitirían una capacidad de endeudamiento sustancialmente menor.

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Networks Co, en cambio, saldría de esta división con un perfil de negocio más consolidado y beneficiándose de una buena visibilidad de los ingresos hasta 2025, de acuerdo al análisis de Fitch.

El precio de la energía puede ser la tabla de salvación de las nuevas empresas

Moody's es la agencia más parca a la hora de arrojar predicciones sobre el futuro de Naturgy, limitándose a mantener el pronóstico estable de la empresa, pero reiterando que el grupo energético debe proporcionar más visibilidad sobre la estructura de capital de cada nueva compañía, así como sus futuras estrategias de inversión y desarrollo

En una nota positiva para la empresa española, al menos, Moody's considera que "los precios relativamente altos de la energía facilitan la determinación de una asignación de la deuda que alinearía la calidad crediticia de las dos nuevas empresas con la de Naturgy".

El mercado queda a la espera de conocer más detalles sobre el futuro de Naturgy, pero muestra sus dudas tras el anuncio.

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