El giro del mercado hacia la sostenibilidad redefine las prioridades en las cuentas del IBEX

Cuestiones como los objetivos de reducción de emisiones, impulsar las alianzas ESG o vincular las retribuciones a la sostenibilidad ganan peso como ejes estratégicos

Este miércoles se inicia una de las temporadas de resultados semestrales del IBEX más relevantes de los últimos años. Lo será porque las grandes compañías del selectivo tienen que desvelar al mercado si su negocio ha logrado dar el salto hacia la recuperación, al compararse los resultados con la primera mitad de 2020, el periodo más golpeado por la pandemia.

También, porque las cuestiones ligadas a la ESG, sean los avances medioambientales, como sociales o de buen gobierno corporativo, van a ser más relevantes que nunca.

No sólo por la prioridad de los inversores hacia las compañías con buenas notas en sostenibilidad y una hoja de ruta clara hacia la descarbonización.

Además, porque este año cobran especial relevancia temas que impactan directamente en la buena gobernanza de las empresas, como es la implicación de grandes compañías y de sus directivos (Iberdrola, BBVA, Caixabank o Repsol) en el caso Villarejo, por los presuntos espionajes encargados al excomisario de policía.

Iberdrola será la primera en saltar al campo, con la presentación de resultados de este miércoles. Y la comparecencia -salvo que haya sorpresas- de su presidente y consejero delegado Ignacio Sánchez Galán ante los analistas tendrá un claro foco en su crecimiento en las renovables pero también en la situación derivada de los presuntos encargos al excomisario.

Un calendario acelerado con foco en la ESG

Después de Iberdrola, entre las grandes del IBEX, será el turno este jueves de Bankinter. Y, ya la próxima semana, del grueso de grandes del selectivo, ya sean los bancos o las energéticas. Incluida Naturgy que no sólo desvelará resultados el próximo miércoles, también desglosará su plan estratégico para los próximos años.

Y en este apretado calendario, en contrarreloj por presentar resultados antes del parón del agosto, las compañías tienen que desglosar cómo están avanzando en los diferentes componentes en ESG, tanto de su negocio, como de su propia estrategia corporativa, de puertas adentro.

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No en vano, en las presentaciones de resultados de los últimos trimestres ha sido patente no sólo que las compañías ya incluyen en la documentación preparada para inversores diferentes desgloses en materia de ESG, con mayor o menor carga de profundidad, ya sea por la evolución de su deuda con componente sostenible o por cómo están avanzando en descarbonización.

A su vez, los analistas ya preguntan más detalles en cuanto a sostenibilidad. Por ejemplo, en el caso de las energéticas, gran parte de sus cuestiones están vinculadas a sus avances en renovables.

No sólo en cuanto a inversiones o estrategia, también en detalles sobre cómo van los permisos para la construcción de determinadas plantas renovables o sobre cómo influyen las prioridades políticas –de Joe Biden, en EEUU; o de Boris Johnson, en Reino Unido– en las perspectivas a futuro.

Exigencia de avances en descarbonización

En ese contexto, una de las claves donde las empresas del IBEX tienen más margen de desarrollo -y de mejora- es en los compromisos de reducción de emisiones de gases con efecto invernadero.

No todas las empresas del selectivo los han sellado, a pesar de que esa de ruta hacia la neutralidad es una exigencia creciente para inversores ESG e, incluso, el Banco Central Europeo (BCE) está abogando para que las empresas con compromisos ‘net zero’ reciban un trato prioritario en sus programas de compra de deuda corporativa.

De momento, según el último informe elaborado por Pacto Mundial de Naciones Unidas (Global Compact), sólo un un 37% de las empresas del IBEX 35 ya han establecido objetivos basados en la ciencia, alineados con la iniciativa Science Based Targets (SBTi), y un 14% cuentan con objetivos aprobados para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, como marca el Acuerdo de París.

Entre ellas están tanto grandes del IBEX, como Iberdrola, Inditex, Telefónica, Repsol, Indra o Cellnex; o de menor peso relativo como la Socimi Merlin o la última en llegar al IBEX, Fluidra.

Medición independiente y búsqueda de alianzas

Cumplir con SBTi es relevante porque conlleva poner bajo la lupa las metodologías y herramientas que emplean las empresas, sean o no cotizadas, en la reducción de emisiones de CO2.

Ese mismo estudio de Pacto Mundial de la ONU pone de relieve que, la gran mayoría de empresas del IBEX, un 94%, participó en el último año de la encuesta del ‘lobby’ sin ánimo de lucro CDP, sobre cambio climático, perteneciendo el 31% a la A List.
Pero ni SBTi ni CDP son las únicas siglas donde el IBEX está dando pasos, aunque le queden más por dar.

De momento, sólo tres IBEX (Telefónica, Caixabank y BBVA) forman parte de RE100, que aspira a impulsar que la energía consumida por las empresas proceda en un 100% de fuentes de origen renovable. En esa alianza, que forma parte del ‘lobby’ Climate Group, también están otras cotizadas de menor dimensión como Cooperativa Cajamar y la embotelladora de refrescos Coca-Cola Europacific Partners.

Otras firmas, directamente ligadas al negocio renovables -como Iberdrola o Acciona- forman parte de EnergyTag que lo que busca es crear un único estándar global para etiquetar que la energía que se consume es 100% verde.

Las iniciativas aumentan en tamaño y las empresas se mueven para formar parte de ellas, pero aún hay cotizadas que tienen pendiente avances a favor de ese movimiento global.

Dar peso a la sostenibilidad con una Comisión que la supervise

Precisamente, en la gestión de las compañías, otro de los puntos clave es cómo están avanzando las cotizadas respecto a sus órganos de gobierno dependientes del consejo de administración. Es decir, si ya cuentan con comisiones de sostenibilidad que supervisen y ‘vigilen’ la evolución en ESG.

Hace ya un año, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) instó a las compañías cotizadas a poner en marcha una comisión especializada en estas materias.

A día de hoy, una mayoría de compañías, cerca del 65% de las empresas del IBEX, ya cuenta con uno de estos órganos enfocados en sostenibilidad. Sin embargo, aún hay grandes compañías, considerados pesos pesados del selectivo, que siguen sin dar ese paso. Entre estas últimas, nombres como BBVA, Caixabank, Bankinter, ACS o Ferrovial, entre otras.

No significa que las cuestiones de sostenibilidad no lleguen a la altura del consejo y sus órganos delegados, sino que aún quedan etapas que recorrer hasta colocar la sostenibilidad en la misma relevancia que otras áreas como las de Auditoría o Nombramientos y retribuciones.

Y, respecto a estas últimas hay un número creciente de empresas que están ligando los sueldos de la más alta dirección a la consecución de métricas ligadas a la ESG.

Y vincular las retribuciones a la ESG

Como ha ido analizando SOCIAL INVESTOR en los últimos meses, algunos de los ‘blue chips’ del IBEX (Inditex, Iberdrola, el Banco Santander y BBVA) ya han ligado los sueldos de sus primeros ejecutivos a la consecución de metas ligadas a la sostenibilidad social o ambiental.

Empresas de menor tamaño, como Fluidra, también lo han hecho con el nexo de rebajar las emisiones contaminantes o mejorar la presencia de mujeres en la plantilla, aunque en su caso, con metas que pueden revisarse al alza, según explicó su presidente Eloi Planes.

Y, en este campo, el de casar los bonus o los variables a cumplir con exigencias ESG, queda mucho recorrido, donde previsiblemente, tendrá que haber avances de cara a la temporada de juntas a la que llegue el IBEX de aquí a un año.

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