Banco Santander. Las sombras que empañan sus resultados

La ratio de capital, el control de costes y el negocio en España, entre la principales sombras de Banco Santander

Banco Santander presentó este miércoles unos resultados récord que mostraron un beneficio atribuido de 3.675 millones de euros, por encima de los 3.310 millones que esperaba el mercado.

El banco apuntaló la senda hacia unos dividendos prolongados con esta cifra de beneficios y reiteró su intención de situarse en una horquilla de pay out del 40-50 por ciento. Es justo lo que esperaba el mercado.

A pesar que el grupo cántabro superó las estimaciones en partidas importantes, como los ingresos, las comisiones y el margen de intereses, sus acciones reaccionaron con caídas del 1 por ciento, con lo que se colocó en última posición del IBEX 35.

Es cierto que los títulos de la entidad vienen de encadenar una racha alcista de cinco sesiones, con lo que los resultados fueron la excusa perfecta para recoger beneficios. Pero la presión bajista tampoco desbordó a la acción.

Además, como explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco, la superación del beneficio neto por encima de lo esperado se explica por una liberación de provisiones no exrapolable a los próximos trimestres.

Sin embargo, la entidad confirmó que el coste del riesgo este año será inferior al de 2020.

La ratio de capital es el principal interrogante que ve el mercado en Banco Santander

Uno de los temas que suscitó más dudas entre los analistas fue la evolución del capital reportado por la entidad.

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Así, la ratio CET1 alcanzó el 12,1 por ciento en el segundo trimestre, tras aplicarse unos impactos regulatorios que supusieron el consumo de 24 puntos básicos. Está por encima de los requisitos del BCE y en línea con los objetivos del banco.

La cuestión es que la ratio CET1 fully loaded, que es la que tiene en cuenta las definiciones de solvencia de los acuerdos de Basilea, salió algo por debajo, en el 11,7 por ciento.

Es un matiz muy técnico pero que citaron algunos analistas. “Está peor de lo esperado”, dijo Daragh Quinn, experto del banco de inversión KBW. En efecto, el consenso de mercado esperaba ver aquí el 12,4 por ciento.

También coincidió con este diagnóstico Benjamin Toms, analista de RBC Capital Markets, y achacó la cifra a los impactos regulatorios.  

Con todo, Álvarez consideró que la ratio CET1 se mantiene en un nivel confortable. A su juicio, lo importante es "la capacidad de generación orgánica", que permitirá cubrir precisamente los mayores impactos regulatorios.

El negocio de empresas, bajo lupa

En la presentación con analistas, Banco Santander reiteró que las tendencias que están viendo en el negocio de clientes particulares son mejores que las que tenían estimadas.

La gran duda es lo que va a poder pasar en la parte de empresas”, explicó Nagore Díaz, analista de Norbolsa. En su opinión, este factor no es excesivamente negativo pero sí se está teniendo en cuenta por el mercado.

La cuestión es que Banco Santander concedió el año pasado un importante número créditos avalados a empresas.

El riesgo que tienen es que, una vez que el Gobierno retire todas las ayudas concedidas vía ERTE, las empresas no puedan pagar estos préstamos y se incremente la morosidad.

Los inversores siguen muy de cerca esta evolución porque puede ser un problema en el medio plazo.

El negocio en España de Banco Santander y los costes decepcionan

Finalmente, otro de los factores más negativos que citan los analistas es la evolución del negocio en España.

El beneficio ordinario creció el 55 por ciento, hasta los 390 millones de euros pero no encandiló a los expertos. Resultó “más débil de lo esperado”, recordó Quinn.

Es cierto que el banco logró que las comisiones se recuperasen a los niveles previos a la pandemia pero el margen de intereses permaneció plano en el segundo trimestre.

Además, Díaz citó como sorpresa negativa los costes a nivel del grupo. El banco tiene abierto un plan de reestructuración de costes en Europa y se esperaba que comenzase a filtrarse ya en la cuenta de resultados. Pero no fue así.

“Están teniendo bastante presión en países como el Reino Unido y Polonia y les está costando más sacar esas sinergias de costes que tenían pensadas”, remachó Díaz.

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