¿Qué son los fondos de reparto?
Dentro del amplio espectro de fondos de inversión que hay en el mercado, dependiendo de si retienen el rendimiento o[…]
Dentro del amplio espectro de fondos de inversión que hay en el mercado, dependiendo de si retienen el rendimiento o lo distribuyen, puedes distinguir entre fondos de reparto o fondos de inversión de acumulación.
Como todo en la industria de fondos, los fondos de reparto tuvieron su momento de gloria, cuando hace unos años se pusieron de moda. Enfocados para inversores especialmente conservadores que deseaban recibir un cobro periódico, muchas entidades financieras colmaron de alabanzas este tipo de fondos y atrayendo un volumen de inversores importante.
Era una manera de contentar al inversor de plazo fijo de toda la vida, llevándole hacia el vehículo de inversión que más interesaba a los bancos. Pues los fondos de reparto como cualquier otro fondo, dejaban jugosas comisiones de gestión y depósito, mientras contentaban a sus inversores tradicionales, con ingresos periódicos en cuenta.
Era un momento en que los tipos de interés a plazo fijo habían comenzado a descender sensiblemente y la renta fija aun ofrecía retornos muy atractivos. Pero los fondos de reparto tienen una desventaja muy importante frente a los tradicionales fondos de acumulación.
Una de las principales ventajas de los fondos de inversión, es la pérdida el diferimiento fiscal de los rendimientos. De tal modo que hasta que no reembolsas, no pagas por lo que ganas. Y eso te permite ir cambiando de un fondo a otro o de un comercializador a otro sin tributar.
Sin embargo, los fondos de reparto de rentas o dividendos, no lo aprovechan. Porque tienen comprometido hacer unos desembolsos trimestralmente, semestralmente o anualmente, según lo marquen las condiciones particulares del fondo.
Algo que está muy bien si eres de esas personas que quiere ver lo que gana en cuenta y si no recibe rendimiento se estresa, porque hasta que no vende ni gana ni pierde.
A no ser que tengas unos ingresos muy bajos y no estés normalmente obligado a hacer la declaración de la renta o te salga a devolver, contratar un fondo de reparto puede ser una soberana tontería. En los casos anteriormente mencionados, recuperarías las retenciones de IRPF practicadas sobre los rendimientos al presentar el impuesto sobre la renta.