Por qué invertir en valores poco populares e infravalorados
La historia nos enseña que lo impredecible puede ocurrir con cierta frecuencia. La reciente decisión de Reino Unido de abandonar[…]
La historia nos enseña que lo impredecible puede ocurrir con cierta frecuencia. La reciente decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha impactado en los mercados, por un momento en caída libre. Existen otros ejemplos significativos en los últimos 30 años; como el colapso de Lehman Brothers, el estallido de las .com, la crisis de las divisas asiáticas o las dos guerras del Golfo.
Pero muchos inversores continúan intentando predecir el futuro según previsiones del PIB o expectativas de beneficios de economistas y analistas. Su comportamiento es parte de la naturaleza humana, que desea dar sentido a un mundo incierto. Un impulso que conduce a los inversores a tomar decisiones emocionales y a los mercados a comportarse de forma irracional especialmente en momentos de estrés.
El equipo del First Eagle Amundi International Fund aprovecha estas ineficiencias del mercado utilizando una filosofía de inversión "value". Para mantener un margen de seguridad y minimizar el riesgo de pérdida de capital, invierte solo cuando las compañías cotizan a precios atractivos. Esto implica identificar activos dejados de lado que cotizan con descuentos significativos respecto a su valor intrínseco.
Benjamin Graham, padre de la inversión "value", explicaba que, a corto plazo, el mercado funciona como una máquina de votar, según qué firmas son populares o no. Pero a largo plazo funciona como una báscula, evaluando la sustancia de una compañía. Lo que importa son los resultados reales y no la opinión voluble de la industria de inversión sobre sus previsiones a corto plazo.
En First Eagle creemos que la inversión "value" requiere un enfoque disciplinado y paciente. La filosofía surge de su origen como empresa familiar establecida para preservar y hacer crecer el capital a lo largo de generaciones. Hoy gestiona dinero para otros inversores de la misma forma cuidadosa.
La estrategia implica invertir en valores poco populares e infravalorados, a veces en contra del resto del mercado, evitando activos demasiado populares; como ocurrió con Japón en los 80. En 2008, casi 30 años después, los gestores llegaron a invertir un 25% de la cartera en compañías japonesas, cuando habían caído en desgracia entre los inversores.
Un buen ejemplo es Shimano; fabricante líder en componentes para bicicletas. Aunque cotiza en la bolsa japonesa, obtiene la mayoría de sus ingresos fuera de Japón; teniendo su éxito poco que ver con las condiciones domésticas del país. Cuando su cotización cayó junto al mercado durante la recesión japonesa, First Eagle identificó un negocio atractivo con un importante descuento.
El deseo de evitar seguir a la corriente, especialmente en excesos de mercado, e invertir solo con un margen de seguridad, ha proporcionado un exitoso histórico de resultados.
La cartera cuenta con unos 150 valores, y su baja rotación implica la entrada de sólo entre 10 y 20 nuevos cada año. Así, los 18 analistas tienen tiempo para un análisis fundamental profundo, buscando aquellas compañías que demuestren su viabilidad a largo plazo y evitando los activos más buscados.