¿Cómo puede ayudarnos la ciencia a tomar mejores decisiones financieras?

La influencia de las emociones en nuestro día a día es incuestionable. Y el ámbito de las finanzas no es ajeno a ello

La influencia de las emociones en nuestro día a día es incuestionable. Si bien a todos nos gustaría pensar que tomamos decisiones basadas en la lógica y la razón, lo cierto es que las investigaciones científicas de las últimas décadas no dejan lugar a dudas: las emociones ejercen un papel fundamental a la hora de tomar decisiones y el ámbito de las finanzas no es ajeno a ello. En este sentido, las finanzas conductuales son un área de conocimiento que está tomando cada vez más relevancia.

En Schroders creamos hace tiempo una plataforma online (investIQ) para ayudar a los inversores a reconocer (y evitar) los diferentes sesgos que intervienen a la hora de tomar decisiones financieras. Dicha iniciativa gira en torno a un test que ya han rellenado más de 48.000 personas en todo el mundo para conocer su personalidad inversora. La idea es que, si los inversores entienden más sobre sí mismos, podrán tomar decisiones de inversión más informadas y completas.  

Los resultados de este test han demostrado que los inversores tienden a evitar la ambigüedad e invierten en aquellos productos que consideran más seguros y predecibles. Esto se traduce en que suelen decantarse por inversiones con rentabilidades más bajas en vez de optar por otras con más riesgo que, aunque ofrezcan menos certidumbre, tengan un mayor potencial de rentabilidad. En cambio, el sesgo de la impulsividad, por el que los inversores se centran en el corto plazo y priorizan las recompensas inmediatas, es el menos común a nivel global.

Por países, el sesgo más presente entre los inversores españoles es la aversión a las pérdidas, que se define como la tendencia a sufrir más una pérdida que a valorar una ganancia y que puede llevarnos a mantener determinados valores durante demasiado tiempo por miedo a materializar una pérdida o a vender valores con beneficios demasiado pronto por miedo a perder sus ganancias.

Si analizamos tanto los datos  globales como los recogidos en España, vemos que los sesgos que mayor influencia tienen en las personas varían según el sexo del que responde. Aunque no hay datos que prueben ni sugieran que hay un sexo que invierta mejor que otro, sí que hemos notado diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres. Así, los hombres muestran más exceso de confianza que las mujeres. Esta tendencia lleva a los inversores a creer en sí mismos sin tener en cuenta factores que escapan a su control. Como consecuencia, es posible que esto les lleve a sobrevalorar su capacidad para tomar decisiones de inversión racionales, asumiendo más riesgos de los necesarios o moviendo sus inversiones con demasiada frecuencia. Por el contrario, las mujeres registran una mayor tendencia a sufrir el «efecto rebaño» y a imitar a los demás de forma irracional, pasando por alto la información de la que disponen. Esta tendencia puede ser responsable de uno de los errores clásicos de la inversión: comprar alto y vender bajo o caer en potenciales burbujas de inversión. Para evitarlo, hay que intentar recordar que lo que hacen los demás no es necesariamente lo que más le conviene a uno mismo. 

Por edades, el estudio desvela que vamos perdiendo impulsividad con la edad mientras ganamos aversión a las pérdidas. Los inversores de mayor edad tratan de evitar perder dinero a toda costa, en vez de valorar sus alternativas de una forma lógica, en detrimento de su propio interés. Por el contrario, los inversores más jóvenes tienden a priorizar las recompensas inmediatas en detrimento de los objetivos a largo plazo, pasando por alto que disponen de un horizonte temporal más prolongado que deberían tener siempre presente.

A través de iniciativas como investIQ, en Schroders queremos promover que los inversores tomen las riendas de su futuro financiero, facilitándoles las herramientas necesarias para tomar las decisiones de inversión que más se adecúen a sus objetivos de inversión. El ámbito de las finanzas conductuales es una disciplina en continuo crecimiento que nos puede ayudar a mejorar nuestros conocimientos financieros, algo ineludible si, como inversores, pretendemos alcanzar los resultados esperados. 

Leonardo Fernández es director del canal intermediario de Schroders.

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