Bruselas cerca a los gigantes tecnológicos con un tasa del 3% para recaudar 5.000 millones

La propuesta, que ahora debe ser aprobada por el Consejo, busca evitar que Facebook o Google se sigan beneficiando de «los agujeros negros» del sistema comunitario

Llegó el día. Bruselas, pese a la guerra comercial en ciernes con Donald Trump, no reculó y anunció que plantará cara a los gigantes de la economía digital como Google, Facebook, Twitter, Airbnb o Uber poniendo el foco donde más duele: en lo fiscal, en el bolsillo. La Comisión, alentada por Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido, propuso adecuar la normativa vigente y, además, establecer un tasa temporal del 3% sobre los ingresos de las grandes tecnológicas (la gran mayoría americanas) para que los Estados miembros, ahora indefensos ante esta nueva realidad, puedan ingresar en torno a 5.000 millones cada año.

«Nuestra normativa anterior a Internet no permite a los Estados miembros gravar a las empresas digitales que operan en Europa si tienen escasa o nula presencia física aquí. Esto representa un agujero negro en constante expansión», advirtió el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

Los números hablan por sí solos y además, abruman. Este tipo de compañías paga un Impuesto de Sociedades del 9,5%, frente al 23% de las firmas tradicionales y sus ventas crecen a un ritmo anual del 15%, frente al 0,2% de otras multinacionales.

El verbo, como sucede en este tipo de ambiciosas propuestas, ha de conjugarse en condicional. Porque una cosa es lo que proponga el Colegio de Comisarios y otra muy diferente lo que finalmente apruebe el Consejo. El gran obstáculo es que en asuntos fiscales es necesaria la unanimidad de los 28 y aquí, países como Irlanda, sobre todo, Holanda o Luxemburgo siempre arrastran los pies escudándose en que es preferible impulsar estas medidas de la mano de la OCDE. Irlanda, de hecho, rechazó este miércoles una propuesta que los líderes europeos debatirán en la cumbre de este jueves y viernes.

La Comisión Juncker ha colocado dos iniciativas encima de la mesa. Quizá la más chocante es el nuevo impuesto del 3% para poder recaudar en torno a 5.000 millones. Se especuló que podría ser incluso del 5%, pero al final se ha abogado por algo más modesto. Sólo se aplicaría a las multinacionales con una facturación mundial de 750 millones al año, y 50 millones en la UE.

Diferentes supuestos

Este impuesto gravaría tres tipos de ingresos: los generados por la venta de espacios publicitarios en línea (Google, Facebook), los generados a partir de las actividades de intermediarios digitales (AirBnb, Uber...), y los derivados de la venta de datos obtenidos de información dada por el usuario (actual escándalo de Facebook).

La segunda medida es una modificación reglamentaria que permitiría a los países «gravar los beneficios que se generen en su territorio, aunque la empresa no tenga presencia física allí». Una de las claves es determinar la ubicación de los usarios, es decir, van al quid de la cuestión. Se considerará que su «presencia digital es gravable» en un determinado Estado miembro si cumple uno de los siguientes criterios: tiene más de 7 millones de ingresos anuales; tiene más de 100.000 usuarios durante un ejercicio fiscal; o genera 3.000 contratos de servicios digitales en un ejercicio fiscal.

Publicidad
Publicidad
En portada

Noticias de