Fastly. Un fallo de una hora que costará millones a sus clientes

El impacto económico para los clientes de Fastly "es muy elevado", según los expertos

Una incidencia de algo más de una hora acarreó pérdidas millonarias a miles de empresas en todo el mundo.

El fallo registrado el martes por la compañía estadounidense Fastly, uno de los mayores proveedores de servicios en internet del mundo, provocó que un ingente número de páginas web se quedará sin conexión.

En la lista de afectados figuran todo tipo de empresas online. Desde gigantes del comercio electrónico como Amazon hasta medios de comunicación como el Financial Times o el New York Times, pasando por plataformas como HBO o Deliveroo.

Todas ellas se enfrentan a una pérdida de ingresos que, más allá del coste económico, revela algunas de las carencias de uno de los pilares de la economía global.

Un impacto económico difícil de calcular

“Es mucho dinero, hablamos de pérdidas millonarias”, explica Neftalí Hernández, director de proyectos de la agencia Bluecell.

El experto coincide en que se trata de un impacto “muy complicado de calcular” ya que las cuantías de los contratos publicitarios de firmas como Amazon no son públicas. “Ni lo serán”, matiza.

Para los clientes de un tamaño más pequeño que el conglomerado fundado por Jeff Bezos, los inconvenientes que provocó el incidente de Fastly también se hicieron notar debido a la dependencia de su modelo de negocio, basado en la publicidad.

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“Nosotros como agencia usamos servicios de Amazon para hacer campañas publicitarias. Twitch [la plataforma de streaming de la compañía que también se ‘apagó’ el martes] no vende un producto físico como tal, pero genera ingresos publicitarios por hora de millones de dólares”, señala Hernández.

Algo que “debe ser un destrozo” en países como los Estados Unidos, con el mayor número de empresas afectadas.

Un golpe importante para los medios de comunicación

Para los portales de comercio electrónico, el impacto varía en función del tipo de producto que ofrezcan.

“Si estás pensando en comprarte un coche, y no te lo puedes comprar por un fallo de conexión, lo compras más tarde”, explica Ana Aldea, fundadora de la agencia Datasocial.

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“En cambio, si estás comprando ropa, que suelen ser muy impulsivas, si se va internet puede que luego no vuelva, nada te garantiza que el usuario vaya a hacerlo”, añade.

En este sentido, también los medios de comunicación tienen motivos para la preocupación. Especialmente, aquellos con un modelo de negocio más dependiente de la publicidad, que serán “los más damnificados”, apunta Ana Aldea.

“Para grandes clientes, implica una revisión profunda de todo lo ocurrido. Portales como el New York Times, que no tienen ese despliegue tecnológico porque no es rentable y lo ceden a terceros, poco más que se replantearán su confianza en una u otra compañía”, explica, por su parte, Neftalí Hernández.

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Fastly, con las espaldas cubiertas

Ante la magnitud de las cifras que alcanzarán las pérdidas, cabe preguntarse si será Fastly, una empresa casi desconocida hasta esta semana y con poco más de 1.000 empleados, quien subsanará el coste.

“Normalmente hay una serie de condiciones que pasan por la generación de ‘tickets’ de incidencia”, explica el experto de Bluecell.

Algo que genera una serie de penalizaciones que varían en función del tiempo que se tarda en resolver una determinada incidencia, o de la respuesta que se da por parte de la empresa proveedora. En este sentido, Fastly tiene bien cubiertas las espaldas.

“No creo que haya nada ni se presente nada contra ellos porque probablemente hasta ellos tengan acuerdos, dependerá del protocolo de incidencia”, señala Hernández, que considera que en su lugar “genera el toque de aviso de que todos estamos expuestos”.

Fallos cada vez más habituales

El caso de Fastly es, quizá, uno de los más sonados a nivel internacional, pero no es ni tan siquiera el único de calado en lo que llevamos de año.

En marzo, la empresa francesa OVHCloud, el mayor proveedor de servicios de ‘hosting’ -alojamiento web- de Europa, sufrió un incendio en sus oficinas centrales en Estrasburgo.

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Pese a que el incidente se produjo de madrugada, las llamas se prolongaron hasta las 7.20 horas de la mañana, según explicó en Twitter Octave Klaba, máximo responsable de OVH.

En el incendio se destruyó, además, una de las mayores bases de datos de la compañía, la denominada SBG2, con más de 29.000 páginas web alojadas.

“Empiezan a ser hechos puntuales cada vez más recurrentes que hacen que internet no funcione como debe”, apunta Ana Aldea.

“No solo afecta a que una empresa tenga un problema, este tipo de grandes caídas se van a ver muy influenciadas por los ciberataques”, advierte la fundadora de Datasocial.

“Debería ser un aviso para todos, para pensar como queremos construir un internet más robusto si queremos que sea uno de los principales pilares de la economía”.

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