Los vinilos resucitan en los NFT para convertirse en inversiones de culto

Los NFT ya consiguieron colarse en la industria del deporte para consolidar su futuro, y ahora, están logrando irrumpir en la de la música para ampliar su marco de actuación, amenazando con convertirse en objetos digitales de culto que tracen paralelismos con los vinilos, esas joyas del pasado que recuperaron su popularidad como fetiche de los más melómanos.

Y es que, cuando la banda de rock británica Muse publique su noveno álbum en formato NFT el 26 de agosto, el lanzamiento del grupo liderado por el cantante Matt Bellamy se convertirá en el primer activo en formato cripto aceptado a la hora de elaborar las listas de más vendidos y escuchados del Reino Unido y Australia.

Un detalle que puede parecer menor, pero que se entiende mejor en contexto.

La última vez que la institución británica encargada de elaborar estas listas oficiales, la Official Charts Company (OCC), incluyó un nuevo formato en su listado de productos consumidos por la audiencia fue en 2015.

Por aquel entonces, la OCC comenzó a contemplar como opción para calibrar qué canciones eran las más consumidas las escuchas en plataformas de streaming, como Spotify, en un gesto que sentó las bases para la consolidación de una nueva forma de monetización dentro de la industria musical.

Con la aceptación de los álbumes en formato NFT como productos oficiales consumidos por la audiencia de un grupo o cantante, por tanto, la OCC abre la puerta a todo un nuevo mercado para los artistas, que pueden encontrar en estos criptoactivos una nueva manera de relacionarse con sus seguidores, así como de engordar sus ingresos a través del criptomercado.

La intersección de los NFT entre el universo digital y el coleccionismo

"Al igual que el vinilo, las cintas de casete, los CD e incluso el minidisco han sido acogidos en las listas, también daremos la bienvenida a los NFT", explicaba Martin Talbot, director ejecutivo de la OCC, en el comunicado emitido por la institución para hacer pública la inclusión de estos criptoactivos en sus listas.

"A lo largo de sus siete décadas, las listas oficiales siempre se han esforzado por avanzar con los tiempos, reflejando el consumo de nuevos formatos y todas las nuevas formas de distribución de la música, a medida que han ido evolucionando", añadía.

Al igual que ocurre con la idea detrás de poseer un NFT de una imagen digital, la duda lógica de muchos consumidores, claro está, puede ser qué aporta un NFT de una canción o álbum que no se pueda disfrutar ya desde cualquier plataforma de streaming.

Y ante esta duda, el creador de Serenade, la plataforma que distribuirá los NFT de Muse, lo tiene claro: estos criptoactivos difuminarán la línea entre el mundo digital y el coleccionismo físico.

Estos NFT, que recibirán el nombre de digital pressings, serán, de acuerdo al creador de Serenade, Max Shand, "un vinilo premium para la web".

"Ofrecen un audio completo y una ilustración única, así como recompensas desbloqueables", explicaba Shand en su Twitter.

De acuerdo a la información distribuida por Warner Records, el álbum en formato NFT de Muse se venderá por 20 libras, y estará limitado a 1.000 copias en todo el mundo.

La oferta del producto, por tanto, es relativamente escasa, dotándole de un aura de coleccionista a la que también se suman unas "ventajas" adicionales.

Con su compra, los usuarios obtendrán una versión descargable del álbum que estará firmada digitalmente por los miembros del grupo. Cada comprador original, además, registrará permanentemente su nombre en una lista de compradores vinculados recopilada por la plataforma.

Así pues, los NFT ganan terreno en la industria de la música, opositando para convertirse en un nuevo formato clave dentro del abanico de opciones al alcance un artista o creador de contenidos que quiera distribuir su obra. Los siempre futuristas Muse, de momento, ya apuntan a este mercado.

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