Trump se lía con el 'Risk': quiere comprar Groenlandia a Dinamarca
Todos los que han jugado al célebre 'Risk' saben que la clave de la victoria pasa por la expansión y[…]
Todos los que han jugado al célebre 'Risk' saben que la clave de la victoria pasa por la expansión y la dominación territorial. Algo parecido ha debido de pensar Donald Trump en vista de su última idea: comprar Groenlandia a Dinamarca, de acuerdo con una investigación de 'The Wall Street Journal'. Semejante propuesta ha dejado a los políticos daneses profundamente desconcertados, incapaces de saber si las intenciones son serias o si Trump está bromeando. De acuerdo con el diario estadounidense, no está claro qué plan pasa por la cabeza de Trump para adquirir el territorio danés.
Que un país le compre un territorio es cosa de hace un par de siglos. Por eso, los políticos daneses no terminan de dar crédito a las noticias que llegan desde Nueva York. Un destacado miembro de la oposición danesa no se ha andado por las ramas y ha dicho directamente que Trump está "loco", mientras que un miembro del bloque del gobierno se ha limitado a decir que es una "idea terrible". La sugerencia de Trump "debe ser una broma del Día de los Inocentes", aunque fuera de temporada, tuiteó Lars Lokke Rasmussen, quien fue primer ministro hasta junio y ahora es el jefe de la oposición en Dinamarca.
Pero según el Wall Street Journal, que cita a personas familiarizadas con las deliberaciones, Trump ha expresado reiteradamente su interés en llegar a un acuerdo para comprar la isla, e incluso le pidió a su abogado de la Casa Blanca que explore la posibilidad. Es más, en Estados Unidos, la idea se está tomando en serio en algunos ámbitos. El representante republicano Mike Gallagher ha dicho en Twitter que la sugerencia no es "loca", y ha añadido que Estados Unidos "tiene un interés estratégico convincente en Groenlandia, por lo que el plan debería estar totalmente sobre la mesa".
Tampoco es casual que salte ahora la noticia, justo cuando Trump se prepara para hacer su primera visita formal a Dinamarca, donde se reunirá con la primera ministra Mette Frederiksen y asistirá a una cena de estado organizada por la reina Margarita II del 2 al 3 de septiembre. La reunión se centrará, entre otras cosas, en Groenlandia, donde Estados Unidos ha construido varias bases militares y estaciones meteorológicas desde la Segunda Guerra Mundial. En 1968, un bombardero B-52 que portaba armas nucleares se estrelló cerca de la base aérea de Thule en el noroeste de Groenlandia, causando contaminación radioactiva, según informa Bloomberg.
Groenlandia tiene su propio gobierno, pero la defensa y los asuntos exteriores permanecen bajo el gobierno danés. La isla tiene representación en Washington y en la Unión Europea. Más del 80% de los 2.2 millones de kilómetros cuadrados de Groenlandia están cubiertos de hielo, aunque la isla ha atraído una atención considerable recientemente en medio de la preocupación por el deshielo y el cambio climático. La población de Groenlandia de solo 56,000 se concentra alrededor de sus costas.
La isla se encuentra en el Atlántico Norte, a mitad de camino entre Estados Unidos y Europa, y es un punto de interés por su situación estratégica, especialmente como punto de acceso para controlar los recursos del Polo Norte. Incluso China ha querido tener su influencia en la zona, ya que presentó recientemente una oferta para construir dos aeropuertos, aunque el gobierno danés pudo finalmente frenar estos proyectos al promover una financiación conjunta.