Se acaba la gasolina y no se ha apagado el incendio

Los tipos de interés están casi a cero en Estados Unidos y al uno por ciento en la Eurozona. La[…]

Los tipos de interés están casi a cero en Estados Unidos y al uno por ciento en la Eurozona. La masa monetaria en dólares se ha duplicado desde que comenzó la crisis (¿quién se sorprende de que nos den 1,50 dólares por euro?), lo cual significa que el Tío Sam le ha dado con fuerza a la manivela de la máquina de hacer billetes. En Europa no hemos sido tan generosos, pero quien maneja la manivela, Jean Claude Trichet, ya ha advertido a los bancos que el dinero fácil y barato está a punto de acabarse.

Lo peor es que también ha dicho que los bancos no lo han utilizado como debieran, canalizándolo hacia la economía (que para eso están). En vez de eso -y no sólo lo piensa Trichet, sino muchos empresarios, gobiernos y ciudadanos en general- los bancos han utilizado la abundante liquidez para tapar sus agujeros e incluso para seguir haciendo negocio fácil (el precio oficial del dinero en la Eurozona es del uno por ciento, pero no hay quien consiga un crédito por debajo del cinco por ciento: no está mal trabajar con cuatro puntos de margen) y volverse a repartir importantes "bonus" entre sus directivos.

El resultado es que hemos querido apagar el fuego con gasolina, pero ahora la gasolina, en forma de dinero barato y a espuertas para el sistema financiero, se está acabando. Y la gasolina ha podido tapar un poco el foco del incendio (en el sistema financiero) pero no se está convirtiendo en combustible para el motor de la economía real. Mucho tiempo perdido. Y una recuperación de los mercados (renta variable, materias primas...) que comienza a oler ya a burbuja (y a amenaza de inflación), inflada por los mismos gases de esa peligrosa gasolina.

Trichet ha dicho basta (seguramente porque, como se le acaba pronto el mandato, ya le da igual). Obama está mosqueado y además ve cómo le ponen obstáculos en sus reformas. Pero los líderes europeos miran para otro lado, enfrascados en resolver sus propios problemas nacionales. No me gusta nada cómo va esto. Una vez apagado el foco del incendio, o la liquidez comienza a fluir hacia la economía real (y no a especular con acciones, oro y otras materias primas), o vamos a pasarlo mal en 2010.

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