S&P se mete en política

Las agencias de "rating" hacen política siempre. Pero, de vez en cuando, se meten en el debate directamente. Lo han[…]

Las agencias de "rating" hacen política siempre. Pero, de vez en cuando, se meten en el debate directamente. Lo han vuelto a hacer. Si Standard & Poor's ha decidido rebajar la perspectiva de la deuda americana a negativa es porque teme que republicanos y demócratas no lleguen a un acuerdo satisfactorio para rebajar déficit y deuda de manera sostenida a medio y largo plazo. Alberto Matellán, de Inverseguros, compara esta última actuación de S&P con la que realizó en mayo de 2009 respecto de la británica: también puso en perspectiva negativa su Triple-A, pero sólo fue en modo de advertencia, para que el Gobierno de Londres comenzara con el apretón de cinturón. En octubre de 2010, S&P retiraba esa perspectiva negativa y la volvía estable después de que el nuevo Gobierno liberal-conservador tomara durísimas medidas.

Por tanto, aunque según José Carlos Díez, de Intermoney, Estados Unidos dejó de ser Triple-A, de facto, en el momento en que nacionalizó Fannie Mae y Freddie Mac y aumentó su deuda pública el 30% del PIB, hasta el 130%, no parece muy probable que S&P ejecute su amenaza, al menos, de acuerdo con la opinión de Matellán. Según este experto, una de las ventajas con que cuentan tanto la economía estadounidense como la británica es que pueden emitir su propia moneda, lo que hace más fácil el cumplimiento de sus compromisos con los acreedores.

Posiblemente, el mercado tiene esas buenas sensaciones en mente. Porque, ayer, aunque los índices americanos cerraron la sesión con descensos, éstos no fueron catastróficos. Y, en el mercado de bonos, después de un primer tirón de las rentabilidades, éstas se dieron la vuelta, para terminar la sesión por debajo del nivel de cómo la empezaron. "El mercado va poder delante de las agencias de rating. En los últimos meses ya habían subido las rentabilidades", comenta Félix López, de Atlas Capital. Pero sí hubo otros síntomas de que hay más aversión al riesgo en el mercado: los futuros del interés del bono alemán a diez años subieron un 1% en lo que constituyó el mayor avance en lo que llevamos de año.

Con todo, el Fondo Monetario Internacional advertía la semana pasada sobre la posibilidad de que el elevado déficit de Estados Unidos y la apatía política acaben por provocar inestabilidad en los mercados mundiales de bonos. López coincide con el diagnóstico: "Hay muchos inversores, sobre todo los grandes, como aseguradoras y fondos de pensiones, que tienen limitada su inversión a emisiones Triple-A, por lo que podrían salirse de deuda americana y traspasar esos fondos a deuda noruega, por ejemplo". La gestora de renta fija más grande del mundo, PIMCO, ya anunció hace varias semanas que ha deshecho todas sus posiciones en deuda pública americana.

Los expertos consideran que los tipos de la deuda americana seguirán subiendo y, por tanto, el precio de los bonos continuará a la baja. José Carlos Díez cree que el interés del bono a diez años puede subir hasta el 4%. Si los costes de financiación suben por encima de ese nivel, comenzarían a mermar décimas al crecimiento de la primera economía del mundo. José Luis Martínez Campuzano, de Citi, no ve niveles por encima del 4% este año y considera que, en dos años, podría llegar al 4,5%.

Alberto Matellán cree que más importante todavía que los problemas sobre la percepción de la solvencia de la primera económica del mundo está la retirada de la política de expansión cuantitativa de la Reserva Federal o, lo que es lo mismo, su política de compra de bonos, prevista para el mes de junio. ¿Contribuirá a que suban todavía más los tipos de interés de la deuda? La respuesta no es unánime.

S&P ha hecho hincapié en que republicanos y demócratas deben llegar a un acuerdo de calado. "Los ratios fiscales en Estados Unidos van a requerir de medidas fiscales de ajuste drásticas, fuerte crecimiento y un dólar depreciado. Inflación y tipos reales bajos podrían ayudar. Pero no estamos hablando de una crisis de confianza que ha llevado a una situación casi imposible a algunos países europeos", comenta Martínez Campuzano. Por el momento, el paquete de medidas propuesto por Barack Obama, es insuficiente. Pero las ideas de los republicanos para reducir el déficit brillan por su ausencia más allá del recorte del Medicare. Y, quizás, haya más margen para subir impuestos que para reducir gastos. Como advirtió Moody's a finales del año pasado, lo que ponía en peligro la perspectiva de la deuda americana era prolongar, como consensuaron demócratas y republicanos, las bonificaciones fiscales a las rentas más altas ideadas por el Ejecutivo de George W. Bush.

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