Réplicas de la crisis de deuda

Los bancos españoles salieron muy bien en la foto de los "stress test". Gracias a eso, y a las medidas[…]

Los bancos españoles salieron muy bien en la foto de los "stress test". Gracias a eso, y a las medidas de austeridad del Gobierno, España lograba salir del maldito grupo de los PIGS. Nuestra economía marcaba sus diferencias con respecto a Portugal, Grecia e Irlanda y las recortaba con respecto a las sólidas potencias centrales europeas. La rentabilidad exigida por el bono español a diez años caía por debajo del 4%, tras haberse acercado al 5% en los peores momentos, y su diferencial con el alemán se acercaba a una tasa más normal, del 1,5%, frente al 2,21% en que llegó a situarse la prima de riesgo de invertir en deuda soberana española.

Ahora, de nuevo, la última réplica del terremoto de la crisis de deuda vuelve a amenazar a los activos con domicilio social en España. El sector financiero español vuelve a estar en una situación vulnerable por la debilidad de los últimos resultados y diversos informes que ponen en cuestión su rentabilidad futura. Y no sólo porque su negocio convencional, el de otorgar créditos, esté pasando horas bajas. A los inversores les preocupa que se encarezca su financiación y se les hagan aún más duros los multimillonarios vencimientos que tengan por delante. La evolución bursátil de los bancos españoles está siendo el mejor sismógrafo de la nueva réplica de la crisis de deuda.

Coincidiendo con la celebración de Todos los Santos, la prima de riesgo de Irlanda tocaba un nuevo máximo por encima del 4,7%. Eso significa que, si para invertir en bonos alemanes el mercado exige un interés del 2,45%, para apostar por bonos irlandeses reclama una rentabilidad del 7,2%. ¿Qué significa esto? Que el mercado se fía muy poco de que Irlanda sea capaz de financiar su déficit, sobre todo porque los agujeros que sus bancos están creciendo indefinidamente. Junto a la deuda irlandesa, sufría la portuguesa, pese a que Gobierno y oposición llegaban a un acuerdo sobre el presupuesto de 2011; la griega, porque el mercado está convencido de que tendrá que reestructurar su deuda antes o después. Y, también, la española. El interés del bono español supera ya el 4,30% y su diferencial con el alemán alcanza ya el 1,85%.

Pese al recrudecimiento de las tensiones, el Banco Central Europeo lleva tres semanas consecutivas sin comprar deuda periférica. Y la canciller alemana Angela Merkel intenta convencer a sus homólogos europeos de que los bonistas tendrán que compartir con los contribuyentes un eventual rescate de un país europeo. Ante la posibilidad de incurrir en pérdidas con sus inversiones en deuda periférica, estos bonistas ayer optaron por vender bonos.

Los "stress test", el presupuesto más draconiano de la democracia, la reforma laboral... son medidas que convencieron en su momento a los inversores. Lo sucedido en las últimas horas indica que no es suficiente. España debe seguir mandando señales positivas a los mercados para evitar que el contagio de los males irlandeses vaya a más. Mariano Rajoy reclama un plan a la británica. Pero los expertos consideran que el peligro de W en el Reino Unido es muy elevado como consecuencia de los planes del nuevo Ejecutivo del país. No hay más que ver el efecto de los planes de austeridad que Irlanda puso en marcha nada más empezada la crisis. A juicio de muchos analistas, es precisamente la falta de crecimiento lo que puede impedir al país cumplir con sus compromisos.

La Reserva Federal norteamericana inicia hoy una reunión de política monetaria de la que ya conocemos la conclusión: compra de deuda pública a muy largo plazo. El Banco de Japón va a adquirir hasta ETF's y REITS para frenar la deriva deflacionista. ¿Por qué el Banco Central Europeo no hace lo mismo, cuando Europa es el epicentro del terremoto?

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