Rector UCA: "Conocemos la cara oculta de la luna y no la profundidad del mar"

El futuro, y su economía, es azul, y estará muy vinculado a las oportunidades que brindarán los mares y océanos.[…]

El futuro, y su economía, es azul, y estará muy vinculado a las oportunidades que brindarán los mares y océanos. Ocupan más de un setenta por ciento de la superficie terrestre pero, en gran medida, son unos desconocidos que ahora se han puesto en el punto de mira de numerosos proyectos de innovación e investigación.

Unas 300 empresas, 140 expertos, representantes de 60 universidades, y más de 1.200 asistentes han constatado en Cádiz la efervescencia y potencialidad de multitud de proyectos de todo tipo que tienen a los océanos como protagonistas, en el marco del I Encuentro Internacional y Crecimiento Azul, Innoazul 2018, que se ha celebrado ayer y hoy en Cádiz.

"Conocemos la cara oculta de la luna pero desconocemos las profundidades del mar", dice, en una entrevista con EFE, Eduardo González Mazo, rector de la Universidad de Cádiz (UCA) y presidente de la Fundación del Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI-Mar) que ha impulsado estas jornadas.

Tras estos dos días de un encuentro pionero a nivel mundial de personas, empresas e instituciones que exploran el denominado "Conocimiento Azul" ha quedado claro que "tenemos que mirar al mar", a unos océanos de los que apenas se ha explorado "un diez por ciento" y que albergan "el 95 por ciento de los recursos de la biosfera".

Con el nivel de explotación, y sobreexplotación, de lo recursos terrestres, explorar los marinos es un reto que "necesita empuje e impulso", dice el rector.

En este encuentro se han puesto en común decenas de proyectos innovadores en campos como la construcción naval y "off-shore", de gestión de puertos y logística portuaria, de turismo vinculado al mar, de bioproductos marinos, energías renovables marinas o referidos a la pesca, la acuicultura e la industria transformadora.

Actualmente se estima que un cinco por ciento de la actividad económica del mundo se basa en el mar, especialmente en la pesca y el transporte marítimo, pero el sector está llamado a crecer imparablemente y España, con tantos kilómetros de costa, y Andalucía en particular, tienen aquí un nicho de "oportunidades".

Según el informe anual del 2018, España es el segundo país en su contribución al Valor Bruto Añadido en la Economía Azul de la UE, por detrás del Reino Unido, y por delante de Italia, Francia y Dinamarca.

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España genera el 20 % del empleo vinculado a la Economía Azul (casi 700.000 empleos), seguido de Italia y Reino Unido.

El informe estima que los sectores ya establecidos (sin contar los emergentes) crearon 3,48 millones de empleos en 2016, en una tendencia en constante de incremento desde 2014.

Las inversiones en el sector de la Economía Azul en la UE han aumentado en un 71,7 % desde 2009: desde los 12,9 billones de euros a los 22.2 billones de euros actuales.

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La aportación de la Economía Azul a cada país de la UE también ha crecido mucho más que sus PIB en algunos países, como España o Portugal, donde se ha incrementado por encima de un 20 por ciento entre 2009 y 2016.

"Todavía necesitamos mucho estudio, mucha innovación y mucha interacción", subraya González Mazo.

Entre los proyectos de investigación que se han presentado en Innoazul está "FIBRESHIP", financiado por la Unión Europea con 9 millones de euros y que se plantea el desafío técnico de sustituir el acero utilizado actualmente en la construcción naval convencional de buques de gran eslora por material de FRP (polímeros reforzados con fibra).

Este proyecto de innovación, liderado por la empresa española Técnicas y Servicios de Ingeniería SL (TSI), lleva un año trabajando en el diseño de tres tipos de buques de entre 50 y cien metros de eslora con este material, que reduciría el peso estructural de las naves en hasta un 70 %, lo que implica ahorro de combustible y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, entre otros beneficios.

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Desde las explotaciones mineras en los suelos marinos, hasta la construcción de plantas flotantes de energía eólica marina, o la fabricación de ropa con basuras marinas, toda una gama de investigaciones tratan de profundizar en el conocimiento azul que se convertirá en la economía azul.

Una economía que, según explica el rector, "se define sólo desde una perspectiva sostenible, circular, integradora y respetable con el medio ambiente".

Aunque aún sea impensable que tenga "una financiación como la que se pone en explorar Marte", la mirada al mar, como fuente de futuro, ya se ha hecho "imprescindible".

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