Perú se debate entre el fujimorismo y el antifujimorismo

La posibilidad de que Keiko Fujimori consiga ganar la Presidencia de Perú en los comicios ha reactivado el antifujimorismo, que[…]

La posibilidad de que Keiko Fujimori consiga ganar la Presidencia de Perú en los comicios ha reactivado el antifujimorismo, que recuerda la corrupción y las violaciones de los derechos humanos durante el gobierno de su padre, Alberto Fujimori, quien cumple una pena de 25 años de cárcel.

Tras su derrota en los comicios de 2011 frente al actual presidente Ollanta Humala, Keiko Fujimori, de 40 años, ha encabezado todos los sondeos, que se divulgaron hasta el domingo pasado y que también pronostican que será necesaria una segunda vuelta en junio entre los dos candidatos más votados.

La cuestión que aún no está definida es quién pasará a la segunda vuelta frente a Keiko Fujimori.

Según los últimos sondeos, el exministro Pedro Pablo Kuczynski mantiene un empate técnico con la congresista Verónika Mendoza, y un poco más rezagado ha quedado el periodista Alfredo Barnechea.

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Pese a los intentos que ha hecho Keiko Fujimori en esta campaña para desligarse del legado de su padre, hay un sector de la sociedad peruana que la considera un peligro para la democracia.

En esta campaña, Keiko Fujimori ha decidido apartar a reconocidos dirigentes fujimoristas, se ha alejado de las posturas más extremas de derecha, y ha llegado incluso a reconocer que en el gobierno de su padre (1990-2000) se cometieron errores y delitos.

Algunos analistas como Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi, consideran que Keiko Fujimori se ha manejado bien en la campaña con un estilo propio de liderazgo, más amigable, sin atacar a sus rivales y ha sabido evadir las preguntas de los medios de comunicación ante los ataques a su padre.

Otros, como Alfredo Torres, presidente ejecutivo de la encuestadora Ipsos, destacan que Keiko ha realizado un "trabajo intenso recorriendo el país y desarrollando conexión con el pueblo" y que ha cometido pocos errores en la campaña.

Pero el problema de Keiko, según dijo Torres a Efe, "es el pasado y el entorno de gente vinculada al gobierno de su padre", por lo que hay temores, a su juicio "un poco exagerados", de que con un gobierno de Keiko "pueda volver el autoritarismo o la corrupción".

Y es que los peruanos están divididos entre los que reconocen el éxito de Alberto Fujimori en la lucha contra Sendero Luminoso y el crecimiento económico de Perú, y los que no perdonan los casos de corrupción y las violaciones a los derechos humanos, por lo que los comicios se plantean como un duelo entre el fujimorismo y el antifujimorismo.

Las exclusiones en estos comicios de varios candidatos presidenciales, que habían ganado las simpatías de una parte del electorado que busca un rostro nuevo y otra forma de hacer política, ha motivado que el antifujimorismo, que se esperaba que surgiera en la segunda vuelta, se haya adelantado.

En declaraciones a Efe, Luis Benavente explicó que en las elecciones peruanas es ya un clásico la polarización entre fujimoristas, que tienen un respaldo de un tercio del electorado y "es el populismo de derechas más fuerte de América Latina", y antifujimoristas, pues este fenómeno ya se produjo en las de 2000 y las de 2011.

Alfredo Torres señaló que "el fujimorismo y el antifujimorismo son dos caras de la misma moneda, unos ven los logros y otros ven el lado oscuro de la década de gobierno fujimorista".

En opinión de Torres, la candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, es "quien desde las filas de la izquierda mejor capitaliza el movimiento antifujimorista".

Benavente también destacó que en las manifestaciones que se han registrado en las últimas semanas contra la candidatura de Keiko, un número importante de los manifestantes son jóvenes que no conocieron el gobierno de Alberto Fujimori.

Además, resaltó que en una sociedad como la peruana en la que predomina el pensamiento mágico-religioso, un triunfo de Keiko Fujimori es visto como el mito "del eterno retorno" en el que "el padre regresa encarnado en su hija".

Pero el sentimiento antifujimorista, que se refuerza con las manifestaciones contra Keiko, puede costarle, por segunda vez, el objetivo de la Presidencia, como le ocurrió en los comicios de 2011.

Uno de los más reconocidos antifujimoristas es el premio Nobel de Literatura de 2010, Mario Vargas Llosa, quien ha advertido de que un triunfo de Keiko Fujimori sería la "reivindicación de una dictadura. Una de las dictaduras más corrompidas, más violentas, más sanguinarias".

Gane quien gane, lo que se da por seguro es que el partido de Keiko Fujimori, Fuerza Popular, será el primero del Parlamento.

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