No se fíen, Estados Unidos no carbura

Si, Wall Street subió ayer alrededor del 1%, pero no se engañen, Estados Unidos no carbura. Los grandes titulares del Libro Beige de la Fed dicen que la primera economía del mundo crece a un ritmo moderado.Vamos, que progresa adecuadamente. Pero no hay más que echar un vistazo a la letra pequeña para entender que la cosa es más seria.

Para empezar, las contrataciones se están haciendo con cuentagotas. En general, la mayoría de los distritos han informado de que las empresas tienen poca o ninguna demanda de nuevos trabajadores a tiempo completo.  Muchas compañías se limitan a contratar para sustituir a jubilados o enfermos, dice la Fed de Boston. En Filadelfia, el banco central explica que las agencias de empleo reciben solicitudes para cargas puntuales de trabajo, pero no porque exista la percepción de que aumentará la actividad. Y en Atlanta, muchas empresas han optado por ampliar la jornada laboral de los trabajadores ya contratados, o bien por tirar de eventuales.  Tres cuartos de lo mismo pasa en Chicago o Kansas City.

Tal es el grado de incertidumbre, que los empresarios americanos están pensando en contener los costes en vez de invertir y crecer.  Y tratan de ser más productivos. Es decir, fabricar más con la misma mano de obra. Por eso, la Fed de Dallas apunta que se están viendo crecimientos del empleo en consultoras de procesos empresariales y tecnologías de la información. En fin, de optimizadores profesionales, los profesionales de moda. Se trata de salir del bache con la mínima inversión. Por eso, la tasa de paro sigue anclada casi en el 10%, cuando el nivel natural de desempleo debería ser inferior al 5%. Ese 'gap' del 5% es puro desempleo cíclico, el más peligroso.

A todo esto, Bernanke sigue empeñado en anegar de dólares hasta el último rincón de Estados Unidos, quizás porque sea el único cartucho que razonablemente le queda. Moralmente puede hacerlo, porque la inflación está controlada (de momento) y no traiciona el juramento hipocrático de todo buen gobernador. No descuidar el crecimiento de los precios. Quizás no haya caído en que la inflación para una economía es necesaria en dosis moderadas, lo mismo que hace falta aceite para el motor de los coches. Porque si los precios no reaccionan, lo que subyace en última instancia es una alarmante falta de demanda.

Por eso, aunque la bolsa subiese ayer un 1%, no se fíen. Hubo ganancias por los buenos resultados de empresas que no están creando nuevos empleos. Recortan costes y contienen al máximo la inversión. En economía, el principio del acelerador mantiene que el nivel de la inversión depende del rimo de crecimiento de la producción. Cuando esta crece, la inversión neta es positiva mientras que es nula cuando la producción se mantiene estable (aunque sea a un nivel elevado).  Un corolario interesante es que las empresas planean la inversión futura en función de la producción o ventas esperadas. Y el Libro Beige de la Fed ha dejado patente que las empresas americanas no esperan nada bueno. Por tanto, no se puede esperar que inviertan mucho.

Y un último apunte que recordaba ayer mismo Albert Edwards, analista de Societé Generale. Actualmente, hay cerca de 42 millones de estadounidenses que viven en el umbral de la pobreza, un 18% más que hace un año. Son ciudadanos que han pedido al gobierno cupones de comida para llegar a fin de mes. Son familias de cuatro miembros que tienen que vivir con 16.000 euros brutos al año.  Son la prueba real de que Estados Unidos no carbura.

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