Más "bonus" para vergüenza de la banca

Los 140.000 millones de dólares que se disponen a cobrar en "bonus", según "The Wall Street Journal", los brokers y[…]

Los 140.000 millones de dólares que se disponen a cobrar en "bonus", según "The Wall Street Journal", los brokers y los ejecutivos de la banca estadounidense son un nuevo "jarro de agua fría" a la moralidad que debería presidir el sector financiero. Después de la que ha caído, con los bancos que han sido nacionalizados y devueltos saneados al sector privado, que los "bonus" de los bancarios vuelvan y, además, superen las cantidades que se cobraron en 2007 (ejercicio que fue la madre de todos los excesos, hasta hoy) "manda huevos", que diría Federico Trillo.

Vuelven las malas costumbres. Mientras, la banca tradicional está pasándolas canutas. Pero la banca de inversión, la que produjo la crisis y que la amplificó al resto del mundo, vuelve a registrar suculentos beneficios en 2009. Tras los malos resultados de 2008, las ganancias en 2009 estaban cantadas. Los resultados de Goldman y de JP Morgan son un claro ejemplo. Lo que no se ha podido evitar es que, con los beneficios, vuelvan los incentivos indecentes.

La necesidad de recapitalización de las entidades y la sequía que imperó en el interbancario durante meses y meses impulsaron las emisiones de deuda (preferentes, obligaciones...) y las ampliaciones de capital. Todo un filón de negocio para estos profesionales de la intermediación que es la banca de negocios.

Aunque a la hora de señalar culpables, el pequeño inversor no debe olvidar a los políticos. Las recetas de Pittsburg sobre el techo de los incentivos bancarios resultaron de todo menos efectivas. Los primeros que no quisieron aplicar una severa regulación fueron los americanos. ¿Es inevitable que se cobren "bonus" millonarios? ¿Son imprescindibles, como afirma el sector? ¿Tenemos que resignarnos?

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Seguramente en 2009 ya no queda más remedio. Esperemos que las nuevas exigencias de fondos propios obliguen a la banca de negocios a revisar a la baja la remuneración de sus equipos. Puede que lo peor de la crisis financiera haya pasado o ya falte poco para que pase. Pero en materia de buen gobierno todavía queda un buen trecho. ¿No les parece?

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