Lo de Cajasur no es ninguna broma

Nada es posible... hasta que ocurre. Pensábamos que un piso siempre se revalorizaría; creíamos que comprar hoy era más barato[…]

Nada es posible... hasta que ocurre. Pensábamos que un piso siempre se revalorizaría; creíamos que comprar hoy era más barato que hacerlo mañana porque los precios no paran nunca de subir; y estimábamos que una entidad, empresa (e incluso país) nunca dejaría de abonar los vencimientos de sus obligaciones, hasta que así ha ocurrido.

Aceptemos que CajaSur no puede pagar el cupón de mañana a los inversores que compraron sus participaciones preferentes en el año 2000, porque la entidad se encuentra inmersa en un proceso de reestructuración total. Pero tengamos en cuenta que, precisamente porque los emisores pueden acogerse a ésta u otra causa, estas empresas "no están obligadas" a abonar la rentabilidad prometida en el plazo previsto, tal y como recuerda continuamente la CNMV. Se trata de productos de deuda perpetua; su remuneración está condicionada a la obtención de beneficios distribuibles por parte del emisor; y en caso de insolvencia, la recuperación de la inversión realizada se sitúa detrás de todos los acreedores comunes y subordinados del emisor.

Posiblemente, no sea el último caso de "impago" -aunque legalmente no podemos denominar así a esta operación-. En medio de las turbulencias, la desconfianza y el temor, hay que tomar mucha cautela antes de dejarse atrapar por las voces de sirena que nos llegan desde determinadas corporaciones.

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