La UE se centra en reforzar el fondo de rescate y aplaza otras decisiones

Los líderes de la Unión Europea (UE) se centrarán en la Cumbre del Euro del próximo viernes en reforzar el[…]

Los líderes de la Unión Europea (UE) se centrarán en la Cumbre del Euro del próximo viernes en reforzar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -el fondo de rescate de la eurozona- y aprobar el cortafuegos para el fondo de resolución bancaria europeo y aplazarán a diciembre otras decisiones.

"Mi intención es dar los primeros pasos para completar la unión bancaria y reforzar el Mecanismo Europeo de Estabilidad", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su carta de invitación a los jefes de Estado y de Gobierno.

Las expectativas para una cumbre anunciada como crucial para el futuro de la eurozona se han visto rebajadas ante la falta de acuerdo para adoptar medidas más ambiciosas y la urgencia de abordar la política migratoria para evitar la ruptura del Gobierno alemán.

Pese a ello, será la primera de los últimos meses que pase del debate a las decisiones.

Tusk llamó a aprovechar la oportunidad que proporciona la declaración francoalemana de Meseberg del pasado 19 de junio, durante una cumbre bilateral, en las afueras de Berlín, y su propuesta conjunta para el euro, pero entre los Estados no todos se sienten a gusto con este compromiso, que España, por su parte, apoya sin ambages.

Se espera que los líderes acuerden poner en marcha el cortafuegos para el Fondo Único de Resolución bancaria, una reserva de dinero aportado por los países que se utilizaría si se produjese una quiebra bancaria que requiera intervención europea y sea "de tal calibre" que se agote la totalidad de este fondo.

Esta red de seguridad, que la Comisión Europea (CE) propone dotar con 60.000 millones de euros, sería proporcionada en forma de una línea de crédito por el MEDE y podría estar en vigor antes de 2024, si se progrese en la reducción de los riesgos de la banca.

Esto, además de contribuir a completar la unión bancaria, forma parte de una reforma más amplia del MEDE por la que prevén aumentar sus poderes para vigilar las economías nacionales y diseñar futuros rescates, lo que podría ir acompañado de un cambio de nombre por el de Fondo Monetario Europeo u otra fórmula.

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Francia y Alemania proponen además que la concesión de los futuros rescates esté ligada a que los países afectados reestructuren su deuda soberana, para lo que piden estudiar la introducción de cláusulas de acción colectiva que, en la práctica, facilitarían obligar a los acreedores privados asumir pérdidas en caso de rescate.

La idea, sin ser nueva, es polémica porque algunos países creen que perjudicaría su acceso a los mercados.

Más allá del refuerzo del MEDE y del cortafuegos, sólo se espera "definir la agenda para el trabajo futuro y volver a abordar todos los temas en diciembre", según fuentes europeas.

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Así, en cuanto al Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, pilar esencial de la unión bancaria que debería permitir asegurar entre los Diecinueve todos los depósitos de menos de 100.000 euros en la eurozona, sólo se espera luz verde para elaborar "una hoja de ruta para empezar las discusiones políticas", según admitió el jefe del Eurogrupo en una carta a Tusk.

El escollo sigue siendo la desconfianza sobre la banca en ciertos países -en particular de Italia, tercera economía del euro con más de un 15 % de préstamos fallidos- pese a que los datos muestran una mejora y se han aprobado nuevas normas para reducir riesgos.

Por su parte, la propuesta francoalemana para crear un presupuesto de la eurozona ha sido rechazada por muchos socios.

París y Berlín no dan detalles de su estructura, funciones ni dotación, y mencionan para financiarlo una tasa digital aún sin aprobar y un impuesto a las transacciones financieras bloqueado hace años.

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Holanda encabeza el grupo de Estados (los bálticos, algunos nórdicos e Irlanda) que, aún discrepando en los detalles, se oponen a reformas de calado.

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