La UE busca fórmulas para sobrevivir a 27
La Comisión lanza el debate sobre el futuro de la Unión con cinco escenarios en base a la ambición que quieran los países
«Es la hora de que busquemos nuevas respuestas a una pregunta tan vieja como nuestra joven Unión: ¿Quo vadis, Europa de los 27? ¿A dónde vas?». Llegó el día 'J' y Jean-Claude Juncker no defraudó. Tocaba otra sesión en el ya desgastado diván comunitario. Quo vadis. Ayer, el presidente de la Comisión presentó ante la Eurocámara el esperado Libro Blanco sobre el futuro del club de clubes en la era 'posbrexit', contempla cinco vías de actuación que ahora deberán ser debatidas por los Estados miembros para decidir que UE quieren en 2025. Si desean seguir como hasta ahora a la espera de una muerte lenta y agónica, si plegar velas, si apostar por varias velocidades de integración o por diseñar los Estados Unidos de Europa. El próximo diván se colocará en Roma. Será este mes, el día 25, durante el 60º aniversario del Tratado que lleva su nombre. «Más que un cumpleaños, celebraremos el nacimiento de la Europa a 27», recalcó Juncker. ¿Cómo será? Nadie lo sabe.
«El 'Brexit' ha sido lamentable y doloroso, pero seguiremos adelante, tenemos que seguir juntos, no nos va a detener. Europa sigue siendo una ambición», arengó entre aplausos. Era el día de las grandes palabras, de insuflar ánimos a la tropa, de llamar a la acción para afrontar esa batalla que la UE lleva demasiado tiempo perdiendo: la del relato. Salida de Reino Unido, populismo, eurodesencanto... Y la irrupción de Donald Trump, cómo no. La lista de problemas es inabarcable. O Europa espabila o... «No podemos dormirnos, debemos estar alerta y muy despiertos», recalcó.
¿'Quo vadis', Europa? Nadie lo sabe. Entre otras cosas, porque el momento geopolítico es algo así como el más difícil todavía al coincidir el aniversario de Roma con la celebración de elecciones en tres de los seis países fundadores (Holanda, Francia y Alemania) y con otro, Italia, en la cuerda floja. Dicho de otro modo: sin saber quiénes liderarán estos países es imposible saber qué será del club. Porque como Marine Le Pen sea la próxima presidenta de la República francesa, la UE ya puede ir encargando su esquela. En Bruselas, no se imaginan peor pesadilla. Esta coyuntura ha frenado la ambición del presidente de la Comisión, aunque alertó de que «el futuro de Europa no puede ser rehén de campañas electorales».
Elecciones europeas de 2019
Durante 35 minutos y 42 segundos, desgranó las claves de un Libro Blanco que además de incorporar importantes dosis de autocrítica sobre el rol que la UE ha jugado durante la crisis, advierte de que el proyecto sigue estando «muy respaldado pero ya no es incondicional». Ojo con esto. ¿Qué hacer? Aquí cinco escenarios:
El primero, no hacer nada y seguir como hasta ahora, arrastrando los pies por la escasa ambición política del Consejo (aúna a los países). El segundo, plegar velas y limitar Europa a un proyecto casi mercantilista forjado en torno al mercado único; el tercero, apostar por la teoría de los círculos concéntricos y que aquellos países que quieran estrechar lazos con otros en diferentes materias, puedan hacerlo sin que la negativa de otros se lo impida; el cuarto, explotar lo que se ha llamado «menos es más». Que Bruselas devuelva competencias a los países pero eso sí, las que se queden en su poder, se refuerzan muchísimo más. Y el quinto, ir al hasta el final y crear los Estados Unidos de Europa dando a Bruselas todo el poder y difuminando el poder de los Estados miembros.
¿Qué quiere Juncker? Se decantará durante el debate del Estado de la Unión que se celebra en septiembre, después de ver por dónde fluye el debate. La otra fecha clave es mayo de 2019, las próximas elecciones europeas. Ahí, la hoja de ruta ya debería estar diseñada. Lo que Juncker sí dijo que es que está en contra de la segunda «porque Europa es mucho más que mercancías y dinero». En este sentido, una alta fuente comunitaria desvela que se decantaría por una mezcla entre la opción tercera y cuarta, algo así como «una Europa más unida, aunque con menos competencias y a varias velocidades».
«Dejen de atacar a Bruselas», clamó Juncker, quien recordó que la Comisión se ha convertido en la excusa perfecta de muchos fracasos nacionales. «No debemos hacer creer a la gente que podemos entregarles el sol y la luna si sólo podemos entregarles un telescopio», lamentó respecto a las limitadas competencias que la Comisión tiene en muchas áreas, como el paro juvenil. «Nosotros no podemos hacer milagros. El 99,7% del presupuesto de esta área se gestiona desde los países», zanjó.
«¿Cuál es la herencia que queremos dejar a nuestros nietos? La Historia nos juzgará por ello», arengó.
¿Quo vadis, Europa? ¿Quo vadis?