La incertidumbre política ya pasa factura a la economía
«La incertidumbre política aún no nos está afectando en serio, pero terminará por hacerlo si se prolonga varios meses». Así[…]
«La incertidumbre política aún no nos está afectando en serio, pero terminará por hacerlo si se prolonga varios meses». Así se pronunciaba esta semana un consejero de una importante inmobiliaria al ser preguntado sobre los efectos en su sector de la falta de un nuevo Gobierno, cuando ya han pasado 105 días de las últimas elecciones.
Y es que en el mercado de la vivienda, como en el turismo y el consumo en general, la inanición provocada por un Ejecutivo en funciones no está pasando factura. Eso sí, por ahora, según advierten los economistas y las propias empresas.
Donde sí se notan ya los rigores de la falta de decisiones de peso económico desde los diferentes Ministerios es, por ejemplo, en la inversión pública. Y de forma especialmente acusada en las obras que promueven las diferentes administraciones, cuyas licitaciones han caído un 22,5% entre enero y febrero hasta apenas rozar los 1.070 millones de euros tras dos años consecutivos de aumentos apreciables, aunque todavía por debajo del nivel precrisis.
Pocos indicadores como éste miden tan bien la ejecución de un Gobierno, y al tener las manos casi atadas hasta su relevo por otro, nadie se embarca en actuaciones nuevas. Así, la promoción de obras desde la Administración central descendió un 28,2% en los dos primeros meses del año; en Fomento, no obstante, 'solo' bajo un 6,5% al mantenerse el ritmo en los trabajos de mantenimiento de infraestructuras.
Especialmente llamativo es el desplome en las licitaciones de trabajos vinculados a la red ferroviaria de alta velocidad (AVE), que fueron un 45% menos que en el mismo período de 2015, y aún más en la promoción de nuevas obras en las carreteras, un 92% inferior a la cifra de hace un año. Aumentaron, por contra, las actuaciones en puertos (un 223% más) y aeropuertos (153%), pero no con el volumen suficiente para compensar esas caídas importantes.
En la misma línea, varias empresas públicas tienen paralizadas decisiones de peso a la espera de que haya nuevo Ejecutivo. Así pasa con AENA y su posible desembarco en varios aeropuertos internacionales, o la renovación del parque ferroviario de Renfe (30 nuevos trenes).
«Riesgo a la baja»
Son ejemplos de la cruz que esa incertidumbre supone para la economía. En otros ámbitos, sin embargo, aún se vive la cara de la recuperación económica iniciada en 2015 o, como mucho, solo se nota una pequeña desaceleración. Es lo que ha pasado con el Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre. Según el Banco de España, avanzó un 0,7%, una décima menos que entre enero y marzo de 2015.
El supervisor ha bajado, aunque poco, sus previsiones macroeconómicas. Teme que la situación «podría incidir negativamente en las decisiones de gasto» de las familias y empresas, «especialmente si se prolongase en el tiempo». No obstante, lo ve todavía «un elemento de riesgo a la baja».
Un factor que preocupaba eran las inversiones extranjeras, por ser a priori más sensibles a la falta de un Gobierno estable. Sin embargo, España recibió en enero 16.000 millones del exterior (según la última balanza de pagos), el doble que 12 meses atrás. Y la mitad (7.900) fueron inversiones de cartera en empresas.