La huelga de camiones pierde fuerza pero el desabastecimiento paraliza Brasil
La huelga de camioneros que comenzó hace una semana en Brasil empezó a perder fuerza hoy, pero la aguda crisis[…]
La huelga de camioneros que comenzó hace una semana en Brasil empezó a perder fuerza hoy, pero la aguda crisis de desabastecimiento causada por la protesta se mantiene y paraliza al país, que aún desconoce el impacto económico de la protesta.
El Gobierno, que la semana pasada había anunciado un acuerdo con los camioneros que finalmente no se concretó, volvió a informar este domingo de un convenio con los sindicatos para poner fin a la crisis generada por la falta de reparto de todo tipo de productos.
El nuevo acuerdo fue explicado hoy por el ministro de Hacienda, Eduardo Guardia, quien detalló que la propuesta incluye una bajada del precio del diesel de 0,46 reales (unos 0,39 euros) en los próximos 60 días, lo que mejora la oferta anterior, que había sido rechazada por los sindicatos.
También se propone la eliminación de uno de los impuestos que recaen sobre el combustible y otros beneficios en relación a los peajes que pagan los camiones, lo que ha sido en principio aceptado por los huelguistas.
Los sindicatos, que hace hoy ocho días iniciaron la protesta por las continuas y fuertes alzas del diesel aplicadas por la estatal Petrobras en medio de las turbulencias del mercado internacional del crudo, se dieron por satisfechos e instaron a sus afiliados a retomar el trabajo a partir de hoy mismo.
El ministro de la Presidencia de Brasil, Eliseu Padilha, dijo que el paro del sector comenzó a ceder, a pesar de que aún se mantenían "557 concentraciones" de camioneros en las carreteras del país, un número significativo pero "esperanzador" frente los 1.200 bloqueos que llegó a haber la semana pasada.
"El Gobierno ya cumplió con su parte. Ahora, tienen que cumplir ellos", indicó Padilha en alusión al acuerdo anunciado este domingo.
Según el ministro, "esa retomada de la actividad se acelerará entre hoy y mañana, para ir entonces a una real normalización del abastecimiento".
En las calles y comercios, sin embargo, aunque la situación era algo mejor respecto al fin de semana, aún había filas kilométricas en las pocas gasolineras a las que llegaba combustible y la comida y otros productos básicos seguían escaseando en los mercados.
Como en días anteriores, en muchas ciudades el transporte público funcionaba a medias, escuelas y universidades seguían sin dar clase y en los aeropuertos decenas de vuelos eran cancelados por falta de queroseno.
Según informó el Gobierno, la reducción del precio del diesel que exigen los camioneros se realizará mediante unas ayudas que costarán unos 9.500 millones de reales (2.189,6 millones de euros) al Estado hasta fin de año.
"Hemos hecho un brutal esfuerzo" desde el punto de vista fiscal y "llegamos al límite al que podíamos ir", dijo el ministro Guardia en relación al impacto en las cuentas públicas, en las que antes de esa decisión ya se esperaba para este año un déficit de 159.000 millones de reales (36.642 millones de euros).
Guardia dijo que se adoptarán medidas para no agravar ese déficit e insinuó, aunque no lo precisó, que podrían ser de carácter tributario, lo que podría suponer un impopular aumento impositivo que el Gobierno hasta ahora negaba que estuviera en sus planes.
Los analistas financieros temen que esta situación eleve los índices de inflación y atenace la actividad económica por el resto del año, sobre todo porque se produce a cuatro meses de unas elecciones presidenciales que, por inciertas, preocupan desde ya a los inversores.
De hecho, el Banco Central divulgó hoy una encuesta semanal hecha con un centenar de expertos de la banca privada, que rebajaron sus previsiones de crecimiento para 2018 del 2,75 % al 2,50 %.