La economía estadounidense repunta con fuerza en el tercer trimestre

La economía estadounidense creció a un ritmo anual del 3,2 % en el tercer trimestre del año, una revisión al[…]

La economía estadounidense creció a un ritmo anual del 3,2 % en el tercer trimestre del año, una revisión al alza respecto a lo calculado inicialmente aupada por mejores datos de lo esperado en consumo, exportaciones e inversión fija.

El Departamento de Comercio elevó en este su segundo cálculo el Producto Interior Bruto (PIB) entre los meses de julio y septiembre en tres décimas, con lo que el resultado duplica con creces el 1,4 % de aumento registrado en trimestre anterior y es muy superior al débil 0,8 % de los tres primeros meses del año.

Esta segunda estimación del Gobierno estadounidense, ligeramente por encima a lo esperado por los analistas, muestra una mejora del consumo del 2,8 % y de las inversiones fijas y las exportaciones en sendos 10,1 %.

Esas subidas compensaron la caída en las inversiones inmobiliarias residenciales (-4,4 %) y en el gasto de los gobiernos estatales y locales (-1,1 %).

Tras registrar un moderado retroceso en el segundo trimestre de año, los beneficios de las empresas aumentaron un 6,6 % según esta nueva actualización, al tiempo que los inventarios, un lastre para el dato del PIB, se redujeron.

Asimismo, la inversión pública federal fue actualizada al alza hasta el 2,5 % de aumento, otro impulsor de la medida del crecimiento de las economía estadounidense, que se suma a un aumento del 2,7 % de los ingresos disponibles de las familias.

El consumo, responsable de dos tercios del crecimiento económico estadounidense, sigue siendo fuerte gracias a un aumento de los ingresos reales de las familias y un menor endeudamiento, pese a lo cual la inflación sigue sin repuntar al nivel esperado por los directores de la política monetaria estadounidense.

Las exportaciones de bienes se mantienen en alza y en su mejor ritmo desde hace tres años, mientras que las importaciones fueron actualizadas al alza desde el 2,1 % de crecimiento al 2,3 %.

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La medida de la actividad económica basada en ingresos, producción, beneficios empresariales, compensación de empleados y pago de impuestos mostró un aumento del 5,2 % en el tercer trimestre.

Este cálculo es utilizado por la Reserva Federal para determinar la marcha de su política económica, que mantiene los tipos de interés extremadamente bajos desde la crisis financiera de 2008.

Los analistas esperan que la Reserva Federal anuncie una subida de los intereses de referencia en su reunión del 13 y 14 de diciembre, después de subir el precio del dinero en un cuarto de punto por primera vez en casi una década un año antes, desde niveles cercanos a cero.

Los datos de desempleo, situado en el 4,9 % en octubre, y los de crecimiento pueden dar la razón a los que recomienda una segunda subida de tipos de interés, aunque la inflación sigue por debajo de la cota del 2 % marcada como objetivo por el banco central.

El asesor económico de la Casa Blanca, Jason Furman, destacó que "queda trabajo por hacer para consolidar el crecimiento y que este sea compartido por todos, especialmente promover una mayor competencia, apoyar la innovación, incrementar las inversiones en infraestructuras y la apertura de mercado a las exportaciones".

Asimismo, la Casa Blanca destacó que el consumo privado sigue fuerte apoyado en una mejora de los ingresos de las familias, con una menor deuda comparada con los ingresos disponibles.

La administración del presidente Barack Obama vive los últimos días de sus dos mandatos de cuatro años, en los que consiguió sacar a Estados Unidos de la mayor crisis económica de la posguerra, rescatar a bancos y empresas del motor y devolver al país a niveles cercanos al pleno empleo.

No obstante, la participación laboral, las inversiones inmobiliarias privadas, la inversión empresarial y en infraestructura o la calidad de los empleos siguen débiles y son una tarea pendiente para el equipo del presidente electo, Donald Trump.

Trump ha prometido una política proteccionista en lo comercial y un aumento del gastos en infraestructuras, así como volver a incidir en sectores casi extintos como la minería carbonífera, lo que eleva las dudas sobre el mantenimiento de los bajos niveles de déficit y de deuda.

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